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El Juzgado contencioso administrativo de Tarragona ha condenado a Ensenyament de la Generalitat por lo que considera dejación para evitar un caso de acoso escolar que sufría un niño en la escuela Pla de Mar de Coma-ruga y que se alargó entre los años 2009 y 2013.
La dirección del centro y los tutores que tuvo el niño argumentaron que el escolar estaba sobreprotegido por su madre y que muchos de los casos que denunció eran situaciones normales entre escolares que tampoco tuvieron más continuidad.
Pero el juez destaca que el menor sufrió un estrés postraumático, acreditado por una psicóloga, «a causa del acoso y agresiones de los compañeros del aula». Un trastorno «con una intensidad de moderada a grave».
No actuó
El juez considera que la parte demandada no actuó para frenar una situación de acoso que derivó en consecuencias para el menor. Destaca que la autoridad educativa «no acredita haber tenido entrevistas con los padres. Tampoco remitió a los menores al gabinete psicológico del colegio ni activó protocolo alguno para minimizar los sucesos».
El juez señala que la parte demandada se limita a negar los hechos entendiendo que todo era propio del juego y que la madre era protectora. «Pero ha quedado acreditado que el menor fue sometido a hechos traumáticos».
Así, señala que por parte de la administración «no se han tomado las medidas que hubiesen sido deseables», como citar a los padres o activar los protocolos para combatir el acoso, «por lo que se ha de relacionar la omisión de acciones con las consecuencias que sufre el menor».
Los padres ya habían denunciado la situación y presentaron en 2013 una reclamación de responsabilidad patrimonial contra Segurcaixa Adeslas y el Departament d’Ensenyament. Sin embargo, fue desestimada por silencio administrativo, por lo que en 2014 presentaron un contencioso administrativo frente a la Conselleria de Educació.
