Salou lleva 450 multas por reventa de entradas este año en PortAventura

La sanción es de 300 euros, pero la mayoría se queda sin cobrar, porque los autores son personas sin recursos

19 mayo 2017 17:20 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:48
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Poco después de las diez de la mañana de un día cualquiera. Una patrulla de la Policía Local de Salou aparca su vehículo cerca del apeadero de PortAventura. Los agentes van de uniforme y su misión es vigilar los accesos al parque y de paso comprobar que no exista reventa.

Es difícil que un día se vuelvan a comisaría sin levantar algún acta. De mayo hasta final de octubre han sancionado 450 veces, de media, entre dos y tres sanciones por día. Sin embargo, la reventa de entradas no es una práctica con muchos culpables. El concejal de Seguretat, David González, explica que «casi la totalidad de esta cifra se concentra en 18 personas, que reinciden durante estos meses».

Los agentes decomisan más vales de descuento que entradas. Se amparan en la ordenanza de Civismo y Convivencia Ciudadana, que establece en su capítulo cuatro los usos y conductas de la vía pública. «En Salou no se puede realizar venta ambulante sin licencia. Bajo esta premisa, una reventa de entradas o de descuentos forma parte de esta ilegalidad y la sanción, como falta grave, asciende a 300 euros», justifica el concejal.

Los agentes identifican a las personas, la mayoría con un gran número de antecedentes por esta irregularidad, y les decomisan las entradas o los descuentos. Aunque se lleven la multa, casi nadie paga al contado y el expediente llega al área de hacienda del Ayuntamiento, que termina, muchas veces, en papel mojado. «El problema con estas personas es que muchas de ellas carecen de recursos, no tienen domicilio conocido y de esta forma es muy difícil poder cobrar la sanción por venta ilegal», dice González. El concejal estima que la recaudación por la reventa está por debajo del 10 por ciento de las multas impuestas.

Una medida disuasoria

En las últimas semanas, todas las actas levantadas han sido de las mismas personas, la mayoría de ellas de origen rumano y con numerosos antecedentes por esta práctica ilícita. «Aunque las sanciones no siempre puedan cobrarse, la medida que realiza la Policía Local es disuasoria y evita que clientes del parque pudieran sentirse estafados en alguna de estas reventas», admite David González.

De hecho, la mayoría de personas que intentan revender llevan consigo los descuentos de etiquetas de algunas marcas comerciales que patrocinan PortAventura. A cambio de diez euros o un poco más intentan convencer a los turistas, muchos de ellos extranjeros, que con aquellos vales podrán reducir el coste de la segunda entrada y tener un beneficio para las dos partes.

Aunque el parque cierra el 8 de enero, la presencia policial es más intensa entre la primavera y el verano que en esta época del año. La razón de ello, argumenta el concejal, es que la actividad ilegal también desciende. Aun así, se seguirá acechando a los reventas hasta el cierre del parque.

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