La respuesta de los vecinos de El Vendrell fue inmediata. Se necesitaban colas de cabello de color rubio claro. De altura 7 ó 8. De entre 20 y 30 centímetros de largo.
En pocas horas la peluquería Mon Perruquers empezó a recibir donaciones de cabello. La propietaria del establecimiento, Montse, se mostraba agradecida.
Comenzar la lucha
Todo comenzó cuando la tía de Laia entró en el local y explicó la situación. La pequeña Laia, de 9 años, comenzaba su lucha contra el cáncer y la niña temía los efectos de la pérdida del cabello.
«La vamos a conseguir», dijo Montse. Eso fue a mediados de enero. Hoy Laia ya tiene su peluca a punto y en pocos días la recibirá. La peluquera de El Vendrell sabe que ayudará a la niña ganar la batalla.
Montse, también ha pasado por tratamientos de quimioterapia y radioterapia. «La pérdida de cabello en el primer momento es dura». Por eso sabía que iba a lograr la peluca. Y porque los vecinos se volcaron en donar un cabello tan especial.
Montse ya colaboraba con Mechones Solidarios, una organización que confecciona pelucas y las regala a niñas y mujeres. «El hecho de seguir viéndose con pelo es un factor básico para la lucha contra el cáncer, ya que ayuda a sobrellevar la enfermedad con mayor autoestima y fuerza», señalan en su página web (www.mechonessolidarios.com).
Muy caras
Las prótesis capilares son poco accesibles a muchas personas por su coste (unos 1.500 euros) ya que son de cabello natural y la elaboración es artesanal. Con las donaciones, el coste de elaboración ya se reduce en un 70%.
Mechones solidarios regala las pelucas a las niñas y mujeres que no pueden hacer frente a la compra y sólo en el caso de que la persona supere unos ingresos se entregan a un 30% de su precio de mercado.
La asociación también recoge pelucas de mujeres que ya no la necesiten y que tras un tratamiento y lavado pueden ser aprovechadas por otras personas.