Las cotorras argentinas ahuyentadas de El Vendrell llegan a Calafell

Centenares de ejemplares revolotean por diferentes zonas. De forma rápida comenzará un tratamiento

17 enero 2019 09:27 | Actualizado a 11 febrero 2019 19:23
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En los últimos días se ha visto en Calafell un gran incremento de cotorras argentinas. Esta especie invasora, que supone una amenaza para las especies autóctonas y puede suponer un problema de salud, tiene una gran capacidad de colonización.

El incremento de cotorras argentinas en Calafell es por un masivo desplazamiento de ejemplares desde El Vendrell, donde los tratamientos preventivos para evitar que aniden comenzaron hace unas semanas. Jordi Baucells, de la empresa Biodiversitat.cat, encargada del controlo de la cotorra argentina señala que los tratamientos comenzarán en Calafell en los próximos días.

Buscan expandirse
El objetivo es evitar el asentamiento de la especie. En los primeros meses del año hay una expansión de las colonias que principalmente están en el área de Barcelona y buscan lugares donde asentarse. El Baix Penedès es uno de los puntos de parada.

Cuando comenzó a controlarse la especie hace unos años en El Vendrell se llegaron a retirar hasta 70 nidos y la capacidad reproductiva era de hasta 400 ejemplares al año. Ahora quedan pocas decenas de nidos.

Evitar nidos
El control para evitar el asentamiento es intentar evitar la formación de nidos. Las aves que pueden verse ahora son ejemplares jóvenes que carecen de capacidad reproductiva. Baucells señala que por ello el objetivo es evitar que construyan los grandes nidos característicos de la especie.

Para lograrlo se hace un control y se colocan cintas en los árboles ya que atemorizan a las aves y desisten anidar. Por ello se desplazan a otras zonas. Sólo en determinadas actuaciones se realiza una caza de ejemplares adultos con capacidad reproductiva.

La empresa encargada de la gestión tiene autorización de la Generalitat para la eliminación de ejemplares y el Ayuntamiento la obligación de gestionar esas colonias de cotorras.

La especie, además de las molestias que genera por el ruido que emite, es una amenaza para especies de flora y fauna autóctonas (también frutales) por lo que afecta a la biodiversidad. Además, sus excrementos ensucian las calles y pueden ser un problema de salubridad ya que puede desarrollar pneumonitis, una afectación pulmonar producida por la inhalación de sustancias orgánicas, como pequeñas partículas de pluma o de la piel.

Desde Biodiversitat.cat señalan que en los próximos días comenzará el tratamiento en Calafell para ahuyentar a la gran cantidad de ejemplares jóvenes que han llegado. Durante el año se hacen seguimientos de nidos para evitar su proliferación y retirada. La falta de predadores y la facilidad para encontrar alimento hace de las ciudades un terreno escogido por la especie.

La Sociedad Española de Ornitología SEO BirdLife calcula que en España puede haber hasta 30.000 ejemplares. El área de Barcelona es uno de los principales núcleos.

El problema de la cotorra argentina comenzó en 1986 cuando se hizo popular como mascota y se importaron cientos de miles al territorio europeo. Muchas de ellas fueron liberadas por los dueños, hartos de sus estridentes cantos. Desde 2011 está declarada como especie invasora y está prohibido su comercio.
 

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