Okupas en Cambrils: «Nos faltaban pañales y medicinas y tampoco podíamos lavar la ropa»

El documental ‘Pactos de silencio’ da voz a los afectados de la residencia Montemar por la gestión de BB Serveis

13 julio 2018 08:47 | Actualizado a 13 julio 2018 08:50
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«Probablemente este documental no va a ser el más bonito ni recibirá premios». Así presentaba Roberto Martínez, portavoz de la plataforma de afectados por BB Serveis, la producción Pactos de silencio de Toni Navarro, que recoge el testimonio de ancianos y trabajadores de la antigua residencia Montemar, gestionada por un grupo que estafó 35 millones de euros públicos de ayuda a la dependencia y que tiene siete imputados pendientes de juicio.

Cerca de setenta personas acudieron ayer por la tarde al Casal de la Gent Gran para ver este documental sobre un edificio que en la actualidad está okupado para llevar a cabo un proyecto social.

Entre los asistentes estaba el responsable de Edifici Dignitat, Jorge Fernández, así como cuatro enfermeras de la residencia que se vieron afectadas por la gestión. Durante 40 minutos Pactos de Silencio relató el estremecedor modus operandi del grupo empresarial fundado hace 20 años. «Solo ha hecho que delinquir y destrozar vidas impunemente.

Muchas personas han sido destrozadas, desahuciadas e incluso ha habido muertes», apuntaba uno de los testimonios. Según la producción, la empresa obtuvo 90 contratos públicos en toda España pero su finalidad era ganar dinero a costa de los usuarios y trabajadores y desatender sus obligaciones. «Se han lucrado con personas vulnerables y han negociado con los problemas de las personas», señaló uno de los protagonistas.

Situación extrema

Entre los centenares de afectados también están las enfermeras de la residencia Montemar. Una de ellas contó que no tenían los materiales básicos para el cuidado de los ancianos.

«Nos faltaban medicinas o bien estaban caducadas. No teníamos pañales, compresas, jabón. Tampoco cubiertos, manteles, platos… Se llegó a un punto en el que tampoco podíamos lavar la ropa en la lavandería. Trabajabas sin cobrar y tampoco pagaban a los proveedores ni al catering. Quitaron las bañeras para poner duchas y las dejaron a medias porque no pagaban».

Una situación extrema que acabó con la paciencia de las trabajadoras, que estuvieron siete meses sin recibir ni un euro de su sueldo. «Yo he sufrido un desahucio, ni siquiera había una barra de pan en mi mesa», explicó una de las enfermeras, que añadió: «Queremos que haya justicia, que esta gente lo pague. Han muerto muchos ancianos».

Antes del pase del documental, Roberto Martínez aseguró que los empresarios de BB Serveis son «personas criminales que han estado robando el dinero y tienen grandes cochazos, hacen viajes…Queremos nuestro dinero y los queremos en la cárcel para que no vuelvan a hacer lo mismo». El representante de la plataforma también apoyó el proyecto de Jorge Fernández. «Para que esté abandonada o se la quede un banco preferimos que sea utilizada por la sociedad civil. Cuando el Ayuntamiento y las administraciones no hacen lo que deben somos los ciudadanos los que nos tenemos que mover», afirmó. 

Entre los presentes también estaba Fina, de la plataforma del SAD Catalunya, que denunció la precariedad laboral de las trabajadoras. «De los 15-18 euros la hora que se paga del usuario al empresario las enfermeras solo reciben, en el caso de Barcelona, 65, euros y en otro lados 4 euros. Las personas dependientes cada vez están peor. Seguimos luchando por los derechos humanos». 

Inauguración del edificio

Tras el acto se inauguró de manera oficial el Edifici Dignitat. Jorge Fernández explicó que el espacio está abierto a la participación de la ciudadanía y describió cómo se distribuirá la planta principal, con un gimnasio, biblioteca, una sala para asambleas, comedor, cocina y baños, entre otros.

«Está limpio y seguro y ahora lo iremos habilitando sin agua ni luz (...) Los ciudadanos nos están ayudando con ropa y estudian cómo poder financiar el proyecto», dijo.

Por otro lado, los vecinos de Vilafortuny que no están de acuerdo con la iniciativa rodearon ayer parte del edificio con una cadena humana para expresar su rechazo por tercera semana consecutiva y pedir a los okupas que se vayan. 

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