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Las críticas por parte de algunas víctimas del terrorismo son duras. Rubén Guiñazú, herido grave en Cambrils, lo tiene claro: «A los homenajes iré como público, pero no como víctima. No siento que me hayan tratado como a una víctima. Parece que los siete heridos de Cambrils seamos de segunda».
Su pareja, Núria Figueras, también herida, se lamenta en esa línea: «Es como si toda la animadversión que deberíamos tener hacia los agresores la tuviéramos con la administración, por el abandono que hemos sufrido. No te explican nada, ni los pasos que se darán o lo que pasará. Muchas veces nos hemos sentido desamparados».
Figueras, muy crítica con organismos como el ayuntamiento de Cambrils, no reclama compensaciones económicas. «Simplemente pido acompañamiento e información. Son cosas que no hemos tenido. No quiero entrar en la teoría de la conspiración. Aquello podía haber sido una masacre. Siempre buscas preguntas pero no las encuentras», afirma. Núria critica algunas de las cosas con las que se topó tras los atentados.
«Recibí unos impresos para solicitar ayuda psicológica y me preguntaron si tenía representante legal. ¿Cómo pueden preguntarme eso?», se cuestiona ella, que también denuncia desatención y falta de sensibilidad por parte del Ministerio de Interior: «Nunca me han contestado por teléfono. Siempre ha sido a través del correo electrónico». Núria también echa en falta más información por parte del consistorio cambrilense y de su propia alcaldesa, Camí Mendoza.
La Unidad de Atención y Valoración de Afectados por Terrorismo (Uavat) ha asesorado y tramitado hasta ahora 94 peticiones para que sean reconocidos como víctimas del terrorismo familiares de fallecidos, heridos y testigos presenciales en los atentados de Barcelona y Cambrils.
