Sofía Rhei: «En La Riera de Gaià encontré una casa en la que cabe mi biblioteca»

La madrileña criada en Cáceres y afincada en el Tarragonès ha publicado el libro ‘La importancia del quince de febrero’, en el que responde a la pregunta de ¿existe la fórmula exacta para el amor?

11 febrero 2019 11:08 | Actualizado a 13 febrero 2019 18:25
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La escritora Sofía Rhei acaba de publicar el libro La importancia del quince de febrero, una obra que analiza uno de los fenómenos de nuestra época: las aplicaciones para encontrar pareja. Curiosamente, a pesar de tantas herramientas para no estar solo, todavía hay personas que no encuentran lo que buscan. Rhei es una escritora extremeña de éxito, pero que está afincada en La Riera de Gaià. Ha sucumbido a los encantos de la vida tranquila, sosegada, del campo. Ideal para una escritora. Ideal para inspirarse.

Vivimos en la supuesta era de la información, de las redes sociales, y de todas las aplicaciones para encontrar pareja. Pero, por otro lado, hay más gente que nunca que no encuentra pareja. ¿Tiene la misma sensación?
Sí que hay una sensación de que a veces las nuevas tecnologías complican las cosas al mismo tiempo que las facilitan. Sucede con la información: está más disponible y es más abundante, pero también abundan los falsos datos y noticias. Respecto a las parejas, a veces puede parecer que es tan fácil tener una cita, ya que basta con chatear un rato con alguien para conseguirla, que a veces no valoramos a las personas en su justa medida. Forma parte de la mentalidad del recambio fácil. 

¿Por qué pasa eso? 
Quizá porque las personas ya no dependen económicamente de esos vínculos, porque no tienen una fuerte presión social y porque no están dispuestas a aguantar cosas que en otras épocas se soportaban. Comprometerse es cada vez menos frecuente, y puede ser que eso se deba a que es menos útil, o menos acorde con el ritmo de la vida. Muchos adultos actuales son hijos de padres divorciados y la sociedad ha incorporado esa circunstancia como algo normal. La monogamia e, incluso, la familia tal y como se entendía, están atravesando un cierto cuestionamiento.

¿Por qué aplicar la mentalidad científica al lado del amor?
Muchas mujeres tenemos una fuerte cultura del esfuerzo, y pensamos que si ponemos la suficiente energía en algo podremos conseguir que se haga realidad. Nos han educado para tener estándares muy altos en muchos aspectos: la familia, el trabajo, la vida social, la salud emocional, el aspecto físico. Esto acaba por resultar enloquecedor: no se puede estar dando al máximo en todos los aspectos de la vida. La protagonista trata de controlarlo todo mediante los datos, la ciencia que es una manera de pensar que el esfuerzo puede conseguir metas emocionales. Pero es posible que solo se pueda trabajar lo que depende de una misma, no de otros, como el amor.

¿Es más importante la intuición o la matemática a la hora de encontrar una relación?
El equilibrio entre datos e intuición. Por mucho que nos guste alguien, si los indicios son realmente desalentadores quizá no merezca la pena esforzarse hasta perder el aliento por sacar adelante esa relación. Pero me encantaría que existiera de verdad un sistema de compatibilidad psicológica muy perfeccionado que ahorrara trabajo de búsqueda.    

¿Qué pensaría usted de su novio si le dejara un 15 de febrero, como le pasa a su protagonista?
Pues que lo o la escogí mal...

¿Qué supone este libro para usted?
Me gustaría que el libro se dejara leer como si se tratara de una película, de una de esas comedias románticas de corte optimista en las que ya se sabe que habrá un final feliz. Pero eso no significa que no puedan pasar cosas por el camino. Me interesaba hablar de una serie de temas de actualidad: la obtención de datos privados por parte de grandes empresas, las nuevas definiciones de masculinidad, la búsqueda de honestidad emocional en un contexto tan cambiante. Creo que la mayor parte de los temas importantes pueden tratarse desde un punto de vista humorístico y amable, y que la vida real ya provee bastantes dramas, tragedias y horrores. 

Cortázar, Jane Austen, Michael Ende… Son buenas referencias literarias para ir dejando caer al lector en una novela…
Del mismo modo que sucede en Espérame en la última página, y en gran parte de mis libros juveniles, hay una presencia de libros y autores que han sido importantes para mí. Creo que la literatura es un tejido compuesto por muchísimos hilos imbricados. De pensar que pueda haber un solo lector que descubra a uno de los grandes autores de los que hablo gracias a mis libros se me calienta el corazón. 

Poesía, libros infantiles, novela... ¿Dónde se encuentra más cómoda?
Siento una gran vocación de escribir libros infantiles y juveniles, por la enorme gratitud que experimentaba de pequeña al encontrar libros que me llevaban a otros mundos, y porque pienso que si alguien no lee de pequeño es muy difícil que lea de adulto. La poesía es más un acto íntimo, casi privado. Y en la novela trato de abordar cuestiones de interés general; ahora, por ejemplo, estoy escribiendo ficción humorística sobre política. 

Se crió en Cáceres, pero vive en Tarragona. 
He vivido en ciudades casi toda mi vida, y la verdad es que he echado de menos la sensación apacible del mundo rural. Necesitaba una casa grande en la que pudiera caber toda mi biblioteca, y la encontré en La Riera de Gaià, que es un lugar estupendo. Cada día que paso allí, entre viaje y viaje, me gusta más.  

¿Un rincón que le guste?
Hay algunas partes del bosque cercano a La Riera que me parecen realmente inspiradoras, muy aromáticas. Para llegar a ellas hay que pasear entre los campos de avellanos disfrutando del olor de las higueras. También me encanta ir caminando por la ribera del río hasta la playa de Tamarit.

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