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El próximo febrero hará dos años que el Penedès se constituyó como Vegueria de Catalunya. Los retos que afronta el territorio entre el área de Barcelona y el de Tarragona, con la presión que ejercen esas metrópolis, exigía que el Penedès tuviese una capacidad propia de ordenación, planificación y gestión.
Ser veguería era imprescindible para contar con la figura de una delegació de Govern de la Generalitat y que se descentralizasen sus servicios en el territorio. Sin la dependencia de Barcelona o Tarragona para la gran mayoría de gestiones.
Sigue igual
Pero la situación sigue igual. La Llei de Vegueries está paralizada y no se ha vuelto a hablar de contar con una delegació de Govern efectiva, como señala el concejal del PDeCat en el Ayuntamiento de Cunit, Jaume Casañas. «Seguimos defendiendo que el Penedès merece disponer de servicios territoriales de la Generalitat».
Pero además, hay proyectos de país que van a incidir de lleno en el Penedès sin que de momento haya conseguido hacer efectiva esa capacidad de decisión, ordenación o como mínimo tener la palabra para ser escuchado en igualdad respecto a las ciudades que la rodean.
El cuarto cinturón del área metropolitana que se ha diseñado sobre parte del Penedès, el Corredor Mediterráneo, una estación del AVE en Vilafranca que debe dar servicio a la veguería, la plataforma de mercancías Logis Penedès proyectada entre Banyeres y L’Arboç, son algunas de las actuaciones en las que el Penedès reclama su derecho a decidir.
Casañas apunta que también está «la conservación del paisaje, el dimensionamiento de los servicios de enseñanza, sanidad, la promoción de la ocupación o los servicios sociales». Además, en un momento en el que el Baix Penedès vuelve a ser la comarca que más crece en Catalunya. Con una población procedente principalmente de Barcelona, pero sin que los servicios estén dimensionados para acoger a esa nueva población que llega.
'Gobernar nuestro destino'
Casañas explica que la veguería del Penedès debería cumplir el objetivo de que los residentes en la comarca tengan el derecho «a gobernar nuestro destino colectivo desde una óptica propia y no cuarteados en tres veguerías (central, Camp de Tarragona y la de Barcelona) que no respetan nuestra identidad y trayectoria histórica».
A pesar de tener ese reconocimiento como veguería , la Generalitat no ha desplegado sus servicios en el territorio. El Penedès había cumplido con los deberes definiendo un modelo territorial entorno a las cuatro capitales (El Vendrell, Vilafranca, Vilanova e Igualada), pero todo sigue igual y con los retos que amenazan a la comarca siendo ya realidades.
«Queríamos contar con un delegat de Govern para defender los intereses del territorio y tener un interlocutor con el Govern de la Generalitat. Para tener una estructura territorial con la que afrontar los retos que tenemos como territorio», señala el concejal y presidente del PDeCat en el Baix Penedès.
«Pero tenemos al delegat de govern solo. Sin su equipo ni los directores de servicios territoriales que ayudarían a hacer escuchar la voz del Penedès». En este sentido el partido reclama a la Conselleria de Vicepresidència que despliegue los servicios territoriales en el Penedès de una manera rápida y efectiva.
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