Hay una teoría en criminología que explica que no reparar una ventana rota puede acabar degradando a todo un barrio. Acuñada por George L. Kelling y Catherine Coles, en un libro de criminología y sociología urbana, la teoría de la ventana rota resume la necesidad de intervenir con rapidez cuando los problemas son todavía pequeños para evitar males mayores.
En El Vendrell, los vecinos de la calle Rafel de Casanovas considera que ya se llega tarde. La degradación de una casa unifamiliar abandonada hace años, genera inseguridad, suciedad y miedo en el barrio.
Los vecinos reclaman una intervención urgente para derribar la casa. Una posibilidad que explican hace tiempo se les aseguró que se haría, pero la vivienda sigue allí. Pese a que las puertas están tapiadas y hay precintos de la Policía Local, todavía son muchos los que acceden al interior.
Explican los vecinos si bien en un principio eran jóvenes los que accedían para jugar, bebe o fumar, con el tiempo la situación ha empeorado y hablan de tráfico de drogas y delincuencia. Además del riesgo para quienes entran en una construcción que consideran puede colapsar en cualquier momento.
Por el tejado
Muchos entran por el tejado donde hay un gran boquete. Tiempo atrás la casa estuvo okupada, pero ahora es imposible residir en ella por la acumulación de basuras en el interior y exterior. Excrementos de animales y de humanos, botellas, maleza y todo tipo de residuos que además da una mala imagen e inseguridad en la zona.
Los vecinos han presentado más de 40 instancias en el Ayuntamiento reclamando el derribo y que en todo caso con carácter de urgencia se haga una limpieza intensiva. De lo contrario la degradación seguirá extendiéndose.
No se reparó aquella primera ventana rota y se ha llegado a la situación actual. George L. Kelling y Catherine Coles destacan que en un edificio con una ventana rota, si la ventana no se repara, los vándalos tenderán a
romper más. Entrarán en el edificio, harán fuego dentro, se acumulará la basura. Una estrategia para prevenir el vandalismo es arreglar los problemas cuando aún son pequeños.
Urgente
Vecinos de la zona acudieron al pleno para pedir soluciones rápidas. El equipo de gobierno señaló la lentitud del proceso de determinar la propiedad de la casa y que llegado el caso de no tener dueño, pasaría ala Generalitat y a posteriori la administración local podría proceder al derribo.
El alcalde Kenneth Martínez explicó que hay un propietario pero si los herederos no asumen esa herencia, «por lo que está en una especie de limbo», que acabará tras un proceso, que no suele ser rápido, pasando a la Generalitat.
Martínez señala que mientras no puede hacerse nada. «Querríamos intervenir, pero llegado el caso, si la Generalitat asume la propiedad ya procederíamos a un proceso de ejecución subsidiaria».
