El come together de los Beatles sonó en el Pavelló municipal de Cambrils dispuesto a armar alboroto. Ni siquiera la melancolía que presentó el clima gris y triste del día empañó las coreografías que las compañías locales habían preparado con minuciosidad. El Dia de la Dansa de Cambrils se ha convertido en una fecha obligada para los culturetas del lugar. Se ha ganado la credibilidad gracias al producto de calidad que se ofrece. Hasta el punto que las gradas del municipal disimularon defectos gracias a los cuerpos humanos que las poblaron. Había un ambiente extraordinario y mucho respeto para los bailarines y bailarinas.
Por ejemplo Carla y Arlet dos pequeñas del Centre Artístic de Cambrils esperaban turno con el cosquilleo en el estómago. Alguna lágrima se les escapó, aunque cuando las profesoras indicaron el instante de la actuación. No dudaron. Junto a sus compañeros y compañeras lo bordaron. El rosa de la vestimenta elegida para la ocasión ya auguraba belleza. Junto al Centre Artístic, expusieron espectáculo el Estudi Gisele, Crea’t y Associació Vital Sport.
El certamen presentó novedades para la edición de 2024. Entre ellas, después de la lectura del manifiesto internacional de la danza, la bailarina cambrilense Laia Cucó, junto con el bailarín reusense Ovidi Álvarez, interpretaron una pieza creada de forma personal por ella. Sirvió para inaugurar la propuesta.
Laia Cucó ha dibujado un trayecto de formación muy local. Hasta el punto que empezó a bailar a los tres años en el Centre de Dansa de Cambrils. A los dieciocho años se graduó en danza clásica en el Institut del Teatre. Actualmente ejerce como freelance y elabora sus propios espectáculos.
La espinita del nuevo ciclo
Cambrils había programado un nuevo ciclo de danza para esta edición, aunque no ha podido resistir a la lluvia. El Cambrils en Dansa iba a aportar shows de hasta cuatro compañías, una intención que se quedó en eso, en un intento. «Tenemos, como equipo de gobierno, el compromiso de consolidarlo en los próximos años», comentó en la ronda de parlamentos el concejal de cultura, Jordi Barberà. Le acompañó el alcalde, Alfredo Clúa, que presenció en directo la gala.
Mientras, las escuelas reivindicaron la necesidad de hallar más espacios para poder expresarse, concretamente «un teatro para crecer en el futuro y enseñar todo lo que hacemos en el día a día». El mensaje se lanzó al aire con la presencia de los representantes municipales. Veremos si cala.
De momento, no existe mayor certeza que sus performance, cada vez más detallistas, y las sonrisas de sus bailarines y bailarinas, los verdaderos protagonistas de esta película. En el Pavelló municipal o en el Pinaret, da igual.