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Las ‘mates’ se les atragantan más a las chicas

Un estudio de Esade demuestra que esta ‘ansiedad matemática’ lleva a las jóvenes a alejarse más de carreras técnicas

18 marzo 2024 16:16 | Actualizado a 19 marzo 2024 07:00
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Las matemáticas siempre han tenido la etiqueta de ser una materia difícil de digerir por parte del alumnado. Lo que no sabíamos es que a las chicas les cuesta algo más que a los chicos. La última edición del informe PISA reveló que el rendimiento en matemáticas es mayor entre ellos que entre ellas, algo que no solo pasa en España sino en la mayoría de países.

Basándose en este informe PISA, y en el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias (TIMSS), la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (Esade), de Barcelona, ha elaborado un estudio propio en el que cuantifica esta brecha de género en el estudio de las matemáticas.

Ya desde la educación Primaria, existen diferencias en los resultados de matemáticas entre niños y niñas. Esto se evidencia en menor autoconfianza, mayor ansiedad hacia las ‘mates’ y afectación emocional en las niñas, lo que las lleva a resultados más bajos, según el trabajo de Esade.

En este estudio se observa que ya en cuarto de Primaria, las niñas presentan una probabilidad un 15% menor que los niños de considerar las matemáticas como su materia preferida, y entre 8% y 9% menor de considerarse buenas, aprender rápido o disfrutar.

Las chicas, en este curso, piensan con mayor probabilidad que son aburridas y difíciles, aunque es más probable que les dediquen tiempo o esfuerzo. En contraste, pierden interés o abandonan con mayor probabilidad al no entender la materia.

El trabajo de Esade también revela que, a los 15 años, las chicas tienen una probabilidad sustancialmente mayor que los niños (21%) de declarar que se sienten nerviosas o desesperanzadas al resolver problemas matemáticos, así como de preocuparse por notas bajas.

Elección de estudios

Todas estas expectativas se traducen, después, en las elecciones de estudios. Así, en Bachillerato, la presencia de chicas en las ramas científico-técnicas es menor, aunque el porcentaje que completa los estudios exitosamente es superior al de los chicos.

El paso siguiente es que las tasas de mujeres sobre el total de personas matriculadas en grados universitarios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) no llega al 50%. y en Matemáticas (36%), Física (27%), Telecomunicaciones (23%) o Informática (13%), son especialmente bajos. En los posgrados se produce el mismo patrón y en la FP la brecha es todavía más profunda: de todos los hombres graduados, el 52% están en ámbitos STEM, frente a solo el 7% de mujeres.

Estas brechas se trasladan después al mundo laboral, donde el porcentaje de mujeres en un trabajo STEM sobre el total de ocupadas es del 5,5%, frente al 13% de los hombres.

‘Ansiedad matemática’, estrés por los números, brecha de género.... Las conclusiones de este estudio dejan a las chicas en desventaja frente a los chicos en las matemáticas. ¿Pero verdaderamente es así? ¿Qué opinan los profesores y maestros encargados de impartir esta materia? Para Toni Duran, que imparte la asignatura de matemáticas a alumnos de Primaria en el Col·legi Maria Rosa Molas de Reus, «las niñas, en general, son más buenas que los niños en matemáticas. Creo que tienen más cualidades para hacerlo mejor. El problema, según mi experiencia, es que cuando se hacen mayores se ponen más nerviosas a la hora de resolver y la presión hace que se bloqueen y se frustren. Así, una materia que hasta ese momento la llevaban bien, se convierte en desagradable para muchas de ellas». En este sentido, Toni Duran también asegura que «el nivel de autoexigencia es mayor en las chicas y se frustran más rápido. Además, su proceso madurativo también llega antes que el de los chicos y por eso se bloquean antes».

Según este docente, también existe otro problema y son «los estereotipos y prejuicios que aún se mantienen cuando pensamos en según qué profesiones. Por ejemplo, enfermeras y maestras: mujeres. Pero cuesta más pensar en que ellas también puedan ser ingenieras o matemáticas. Aunque queramos, y sea necesario, cambiar esta mentalidad, la realidad es que cuesta».

Sobre este aspecto, también coincide Pili Sales, profesora de matemáticas de tercero y cuarto de ESO y segundo de Bachillerato del Institut Ramon Barbat de Vila-seca, quien explica que «existe un prejuicio social de base que encamina a las chicas más hacia estudios de letras, por lo que ellas pierden ese interés de inicio».

Esta docente tiene claro que «el nivel académico entre un chico y una chica en matemáticas es casi el mismo. No existe una gran diferencia. El cerebro de una mujer tiene las mismas capacidades que el de un hombre. Por eso, no se trata de un problema de capacidad, sino de prejuicios». Todo ello influye en que, cuando llega el momento de elegir una carrera universitaria, «sí que es cierto que las tecnológicas son elegidas más por chicos que por chicas», añade Pili Sales.

Por todo ello, y para revertir esta situación, queda mucho trabajo por hacer, tal y como reconoce esta profesora del Institut Ramon Barbat: «El problema de los prejuicios viene de lejos y en nuestro instituto picamos mucha piedra para que esto no pase, con grupos heterogéneos, tratando la perspectiva de género en todos los aspectos, etc. Pero tenemos que trabajar todos juntos: familias, profesores y sociedad», asegura.

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