La lucha de Jana para jugar a fútbol sala

Una norma de la FIFA sobre menores vulneraba los derechos de esta niña nacida en China en 2004 pero reusense desde los 11 meses. Su familia ha logrado que al fin se tramite su licencia

19 mayo 2017 17:40 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:33
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‘Mamá, no me dejan jugar porqué nací fuera’. A Núria Biosca se le cayó el alma a los pies cuando diez días atrás escuchó las palabras de su hija, Jana, de sólo 12 años, nada más concluir el último entrenamiento del infantil del Club de Futbol Sala Mare Molas de Reus previo al inicio de la temporada oficial. El técnico del equipo había trasladado segundos antes a la pequeña, con esas mismas palabras, la notificación oficial que el club reusense había recibido esa misma tarde desde la Federació Catalana de Futbol.

Jana, que nació en China en 2004 y fue adoptada con sólo 11 meses por Núria y Xavi, es española a todos los efectos (sus padres prefieren mantener en el anonimato sus apellidos). Desde que llegó a Catalunya reside en Reus, la ciudad donde empezó a dar sus primeros pasos y a jugar a fútbol sala en el colegio Montsant. Y la nacionalidad le concede los mismos derechos que tiene cualquier persona nacida en España, así que no debería haber tenido ningún problema para poder jugar.

El mismo protocolo

La Catalana, sin embargo, activó con ella el mismo protocolo que aplica a cualquier otro menor extranjero a la hora de tramitar por vez primera su licencia federativa porque en uno de los formularios de inscripción constaba ‘China’ como lugar de nacimiento.

Un criterio que marca la Federación Española de Fútbol, a instancias del artículo 19 de la FIFA (Federación Internacional), con el objetivo de proteger los derechos de los menores originarios de otros países, y que comporta la presentación de una declaración jurada de que no ha jugado antes a fútbol en su país de origen, entre otra documentación.

Y Jana se quedó sin jugar el primer partido de Liga que el Mare Molas disputó en casa frente al Nàstic el pasado domingo porque el ente federativo tarda su tiempo en validar el papeleo, a pesar de que suele agilizar los trámites con la concesión de licencias provisionales a la espera de su autorización definitiva.

«En el formulario que debes rellenar para tramitar la ficha te preguntan el país de nacimiento. Escribimos China. Pero también te preguntan la nacionalidad. Y pusimos ‘española’», explica Núria, la madre, sin salir aún del asombro por el veto inicial. «Me parece bien que la FIFA quiera proteger a los niños, pero que pasen por alto que una niña adoptada tiene los mismos derechos que cualquier otra persona de aquí y que además se quede sin jugar porque no se ha comprobado la documentación sin el margen suficiente antes del inicio de la competición… Es indignante, la verdad».

A Núria le explicaron desde el CFS Mare Molas que Jana estaría aproximadamente un mes sin jugar, que es lo habitual cuando en la Federació Catalana detectan que quien solicita la licencia ha nacido fuera de España, pero que no sufriera, que el caso se acabaría resolviendo.

Sin embargo la madre no quiso quedarse esperando. Se movió desde ese mismo día porque entendía que se estaban vulnerando claramente los derechos de su hija. Además de poner el caso en conocimiento del Diari también llamó a la propia Federació Catalana reiterando la nacionalidad española de su hija; tramitó además una queja al Síndic de Greuges; e igualmente el concejal de deportes de Reus, Jordi Cervera, realizó alguna gestión cuando el pasado sábado conoció la situación de Jana durante la presentación del Mare Molas.

Una buena noticia

Este jueves le llegaba la buena noticia. «Ya está validada la licencia», le comunicaban desde el CFS Mare Molas. Así que Jana podrá vestirse de corto hoy, en el partido que el conjunto infantil del club reusense disputará en Salou, después de tener que seguir desde el banquillo el debut de sus compañeros y compañeras –el equipo es mixto- en el primer partido de Liga que jugaron el pasado domingo ante el Nàstic.

La reivindicación de sus padres, sin embargo, es sólo el primer fruto de lo que esperan que suceda: que cualquier otro menor con nacionalidad española, sea adoptado o no, evite toda esta burocracia a la hora de tramitar su licencia federativa y pueda jugar sin esperas todos los partidos desde el inicio de la competición.

«No puede ser que a la primera de cambio, ahora que ha querido federarse, a Jana le hayan puesto una etiqueta de ‘diferente’ por haber nacido fuera cuan

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