Melli (CF Reus). 'Somos una familia'

Juan Alberto Andreu 'Melli' reivindicó a aquel histórico Betis campeón de Copa en 2005. Buen amigo de Joaquín vive ahora con equilibrio el buen momento del Reus

19 mayo 2017 17:38 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:34
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Juan Alberto Andreu Albarado Melli (Barbate, 1984) oyó a menudo aquel grito de amor eterno del Villamarín hacia su delantero fetiche. «Que bonitos, que bonitos, son los goles de Alfonsito». En Heliópolis cursó carrera profesional, junto a aquel ramillete de canteranos históricos que llevaron al Beti de Serra Ferrar a la gloria. Melli, Capi, Arzu, Cañas, Dani, Juanito, Merino... Una nómina de tipos con sangre verdiblanca. Mellí lo deja claro. «Del Beti, se nase, no se hase». Lo afirma con el rostro propio de un aficionado del mismo barrio ubicado al otro lado del Río Guadalquivir.

El defensor, de virtudes físicas envidiables, coronó su carrera con la Copa del Rey que el Betis levantó en el Calderón, en 2005, en una final fratricida ante Osasuna. El brasileño Oliveira y el incordiante Dani firmaron con letras de oro aquella noche. Melli disfrutó de los 90 minutos, con su ‘2’ intocable a la espalda. «. Esas imágenes de la gente agolpándose ante el autobús para vernos no las olvido. No recuerdo verles disfrutar tanto. Mi familia también estuvo en Madrid. Cuando pasan los años se da cuenta uno de aquella felicidad tan completa. Veías autobuses, coches particulares, gente que fue sin entrada...»recuerda nostálgico el central.

El consumo del tiempo no borra las huellas de aquel partido. Tampoco un 1-0 ante el Chelsea en Champions League (2005-06). Anotó de nuevo Dani tras un servicio magistral de Capi. Defendió Melli. Hablamos de la última ?época dorada del Betis, ese club tan simpático como exigente. En ese grupo amenizaba las horas muertas Joaquín Sánchez, en el césped gambeteaba sin descanso. Con el extremo del Puerto de Santa María sigue en buena sintonía. «Fue gracioso desde que nació. No lo puede evitar», admite.

Juan Alberto se convirtió en uno de los niños prodigio del excéntrico Manuel Ruiz de Lopera, aquel jefe implacable del Betis de la época. «Tuvimos una relación cordial», rememora. De Lopera se recuerda su sorprendente aparición en una fiesta montada por el exjugador Benjamín en fecha Halloween, en la que varios jugadores del Betis fueron descubiertos por el ‘presi’. «Yo no estaba allí. Jugaba en el B todavía». Hablamos de 2001.

De carácter reservado, el defensa ha dejado atrás cinco aventuras en el extranjero entre Bélgica, Moldavia y Grecia y Azerbaiyán. El reciente nacimiento de su primer hijo Mario provocó un regreso deseado. En verano hubo tensa espera hasta que el Reus marcó el número del celular del repre. Melli asintió y preparó bártulos. Es la voz de la experiencia en la caseta. La calma en instantes de extremos. «Somos una familia, hay un buen vestuario», corrobora. Del dulce presente confirma que «mantenemos los pies en la tierra, lo tenemos claro». Palabra de un Rolling Stone.

 

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