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«Julio, aquí se corre mucho». El joven Julio Álvarez (Caracas, 1981) no se podía creer que sentado a su lado en el autobús del Real Madrid estuviera Zinedine Zidane. Y aún más, que el actual técnico blanco supiera el nombre de un futbolista que ni siquiera era del primer equipo. Estaba de paso. Una pretemporada más, a la espera de un nuevo destino, que volvería a ser el Racing de Santander.
Años más tarde, el francés volvería a dedicarle un mensaje amable. Esta vez en el móvil. Una felicitación tras un ‘hat-trick’ con el Rayo Vallecano.
La Fábrica del Real Madrid acabó de modelar a un futbolista que iba para tenista. Era el deporte que practicaban sus padres. Pero el balón fue más fuerte. Tiró de él hasta convertirlo en 'alma mater' del Numancia que este sábado visita el Nou Estadi (18.00 horas).
El internacional venzolano es el especialista a balón parado. Desde que llegó a Soria hace once temporadas –con una una interrupción de tres años en Almería, Mallorca y Tenerife– cogió ese rol. De su golpeo brotan infinidad de fórmulas de laboratorio. El juego estratégico cobra sentido cuando nace de la diestra del diseñador vinotinto.
La pasada jornada el CFReus cayó víctima de la comandancia de Julio Álvarez. El mediapunta dominó todos los registros. Su paciencia y percepción de todos los lances del juego llevó de cabeza al equipo de Natxo González y completó la tercera jornada de laureles para los rojillos.
Hacia dos años que en Los Pajaritos no veían a su equipo encadenar tres partidos consecutivos. Para ampliar la racha a cuatro habría que remontarse aún más atrás. Hasta la 2003-04. Entonces todavía no estaba Julio Álvarez.
El conjunto de Jagoba Arrasate ha superado su titubeante inicio de liga. Llegó a ocupar la 21ª posición, en la jornada 14. Sumaba un punto más que el Nàstic. Desde entonces, siete victorias, un empate y tres derrotas. Una tirada excelente para ponerse a dos puntos del play-off de ascenso.
Juan Merino deberá mantener activada la vigilancia sobre el líder ofensivo rojillo si quiere alejar el peligro de su área y que el Nàstic vuelva a recuperar parte de la esperanza perdida.
