El Nàstic presume de raíces

El Nàstic regresa a la Avinguda Catalunya. Una calle que recupera la esencia grana gracias a la Botiga-Museu del Club, ubicada a apenas diez metros del lugar que ocupaba el emblemático estadio que acogió los partidos del equipo durante medio siglo (1922-1972).

Allí donde aficionados como el actual presidente del Nàstic, sentado detrás de la portería que defendía Palau, se enamoraron del club.

Nadie quiso perderse la inauguración. Ni los exfutbolistas más mayores del club,  Miquel Gascón y Valero Serer, con 90 y 86 años respectivamente,  ni José Antonio Gordillo, uno de los ídolos del ascenso a Segunda, ni una representación de la plantilla actual Manu Barreiro y Sergio Tejera, acompañados por el técnico Nano Rivas. Ellos, así como las decenas de aficionados que hicieron pequeño el establecimiento, pudieron descubrir las joyas históricas que guarda el nuevo museo grana de la primera planta.

Objetos como la bandera diseñada por el arquitecto Josep Maria Jujol. Una pieza con 92 años de antigüedad que tuvo que ser reparada para poder volver a desplegar todo su esplendor. O el maillot con el que Bito Fuster, presente en el acto, se proclamó campeona del mundo de Gimnasia Rítmica en Atenas.

Crónicas de ascensos, fotografías de equipos legendarios, el diploma con el que la Generalitat de Catalunya distinguió al Gimnàstic con la Creu de Sant Jordi son algunas de las nostalgias expuestas.

En definitiva, un sitio incomparable para empaparse de la historia del club polideportivo más antiguo de España (132 años). Un exquisito regalo obra de dos amantes del Gimnàstic y de su legado como son Pepe Fragoso y Carles Sanromà. Los auténticos ideólogos del museo.

Todo el acto respiró ilusión. La de quien regresa a casa a presumir de raíces. La de quien sueña con poder seguir añadiendo pedazos de historia del Gimnàstic.