Esta vez, en la agonía venció el Atlético

El Atlético de Madrid se alzó con la Supercopa de Europa tras derrota en la prórroga al Real Madrid por 2 a 4

15 agosto 2018 22:04 | Actualizado a 15 agosto 2018 22:10
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Hay un guion no escrito en el fútbol que afirma de manera contundente que si Real Madrid y Atlético se encuentran en una final europea se van a llevar al éxtasis mutuamente. Ayer, no pudo ser diferente. Ambos equipos ejecutaron una final más acorde al mes de mayo que al de agosto. Se destrozaron mutuamente. Uno con ese gen mandón en las grandes citas y el otro con ese instinto de supervivencia al que acude con una facilidad deslumbrante.

Se adelantó el Atlético con un tempranero gol, el que más de cualquier final europea hasta el momento, de Diego Costa. El hispano brasileño se cocinó un tanto como suele hacer de vez en cuando, sino que  le pregunten a Portugal, en el que se marchó de Sergio Ramos y Raphael Varane para culminar su obra con un derechazo contundente.

Se podía vislumbrar que el cuadro blanco se levantaría, pero no con la firmeza que lo hizo. Porque en otro ejercicio coral de alto valor, Asensio, Benzema y Bale juntos a sus compañeros demostraron que el Real Madrid caminará sin Cristiano Ronaldo. El talento mallorquín tuvo el empate en un taconazo que Oblak sacó con una mano solo digna de uno de los guardametas más influyentes en el panorama futbolístico actual. No pudo sin embargo evitar el empate de Benzema quien conectó un cabezazo en un centro llovido de un Gareth Bale que sacó a relucir su zancada para dejar a Lucas tan atrás que ni al rebufo pudo agarrarse.

En plena tromba ofensiva, Asensio tuvo el segundo tan solo dos minutos después del primer tanto con un disparo tenso desde el pico del área que se marchó rozando el palo largo de la meta de Jan Oblak. Fin al terremoto blanco. 20 minutos de cátedra ofensiva en los que Kroos había actuado como director de orquesta, Marcelo como agitador y el tridente ofensivo como amenaza constante. Al descanso se llegó con empate a uno y con la sensación de que aquel partido bien podría ser una final de Champions, aunque estando en el terreno de juego Atlético y Real, bien podría serlo.

En la reanudación,  el partido se equilibró con dos equipos que se miraron más a los ojos que nunca. Bajó el ritmo y el Atlético de Madrid lo aprovechó para tener el balón y obligar al Real Madrid a replegarse. No se tambaleó el conjunto blanco en esa tesitura y el encuentro entró en una zona de falsa intrascendencia.

En esa peligrosa fase, Juanfran pecó sacando una mano al aire en las profundidades del área en un córner blanco. Con el riesgo asumido llegó la consecuencia. El balón golpeó en su mano cuando forcejeaba con Benzema y el árbitro señaló penalti.

Una nueva incógnita sobre el nuevo Real Madrid emergió en ese instante. Cristiano buscaba heredero en los once metros y la lógica actuó. Sergio Ramos cogió el balón y la responsabilidad. No titubeó. Ejecutó con una calma y una autoridad tremenda. Engañó a Oblak y puso al actual triple campeón de Europa por delante.

Si se pensaban que el Atlético se iba a rendir es que no conocen nada del equipo de Simeone. Buscó el empate y volvió a atrincherar al Real Madrid. Lo encontró en un exceso de afán de Marcelo, quien en lugar de dejar salir el balón por el lateral lo salvó in extremis dejándole el carril libre a Juanfran quien encontraba a Diego Costa en boca de gol para hacer el empate. Otra vez como al principio. Otra final que iba a llevar hasta la agonía a Real Madrid y Atlético.

En la prorroga, el Real Madrid atrincheró sin piedad a un Atlético que volvió a arroparse en ese flotador que parece siempre tener a mano. Y cuando tuvo que hincar el diente lo hincó. En una pérdida en la salida de balón blanca, los colchoneros recuperaron un balón para que Saúl enganchara una volea tremenda que se coló por la escuadra.

Aquel mazazo fue demasiado para un Real Madrid que flaqueó en una final europea aunque eso pareciera algo impensable. Otra vez Diego Costa destrozó a la defensa blanca para lanzar una transición ofensiva plagada de verticalidad y precisión que finalizó Koke para poner el 2 a 4 en el marcador.

El Atlético de Madrid se alzó con una Supercopa de Europa que le reafirma como uno de los equipos favoritos a todo para este curso. Un plantel más talentoso que conserva supervivencia. El Real Madrid, por su parte, demostró que hay mimbres de futuro, pero que no siempre se puede ganar una final europea.

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