Gordillo contra las cuerdas

José Antonio Gordillo está entre las cuerdas. Si ya andaba cuestionado por el mal inicio de campeonato, la derrota ante el Alcorcón ha puesto al técnico de Morón de la Frontera a un paso de la destitución.

Así se lo ha hecho saber el club grana. El lunes, tras acabarse de disputar los 52 minutos que quedaban del choque ante el cuadro madrileño suspendido por la lluvia y los problemas en la iluminación del Nou Estadi, en el que tan solo se maquilló el desastroso resultado (1-3), hubo una reunión del Consejo de Administración del Nàstic. En ella se debatió sobre la necesidad de hacer un cambio que tratara de reconducir la situación deportiva. La paciencia nunca ha sido una de las virtudes del club, menos después de dos temporadas salvándose con el agua al cuello.

 El cuerpo técnico trabaja a destajo, aún con sin los instrumentos lógicos de un equipo profesional, pero los resultados no acompañan. La imagen de impotencia, con jugadores anímicamente tocados y otros frustrados por el esfuerzo sin recompensa, ha llevado a que algunas voces de la planta noble del Nou Estadi comienzan a pedir un relevo en el banquillo.

El acuerdo entre los máximos responsables del club grana fue esperar una jornada más. Ofrecer una nueva oportunidad a José Antonio Gordillo en Lugo. Un desplazamiento complicado, como todos en Segunda División, pero que no figura entre los escenarios más adversos. El Nàstic ha ganado en dos de sus últimas tres visitas al Anxo Carro.

Si no hay mejora o el resultado no es satisfactorio, José Antonio Gordillo será cesado de manera inmediata.

No todos comparten esa decisión y hasta se han opuesto a cualquier ultimátum. 

Muchas trabas

El técnico andaluz lo ha tenido todo en contra desde que se acabase la temporada pasada, con tres victorias de tres partidos que dieron la salvación al Nàstic. El cambio de proyecto que implicó la marcha de Promoesport, las dificultades para confeccionar la plantilla y, especialmente las lesiones, además de otros inconvenientes de fábrica como la ausencia de unos terrenos de entrenamiento acordes con la categoría, han hecho muy difícil que el sevillano pudiera sacar rendimiento a sus hombres.

Las primeras jornadas tuvo que tirar con una plantilla inacabada. Los últimos refuerzos llegaron, en el mejor de los casos, en otros, directamente lesionados, como  Guerra.

Gordillo comenzó a acostumbrarse a sobrevivir a las circunstancias, sin poder contar ni un solo día con todos sus efectivos disponibles. 

Sobre el césped se ha visto mejora aunque de manera irregular. Ha habido fases rescatables, como el debut ante el Tenerife, la media hora inicial contra Las Palmas, la victoria ante Osasuna y el primer acto en Reus. Pero todas ellas han tenido su lado opuesto con momentos desastrosos, como por ejemplo, el encuentro ante el Alcorcón.

En Lugo, el técnico podría vivir su último partido como máximo responsable de la plantilla grana. Si es destituído sería el sexto técnico cesado en el Nàstic en dos años (Nano Rivas no renovó en su primera etapa por lo que no fue cesado).