Peor imposible (Nàstic 1-3 Zaragoza)

El Nàstic encaja una nueva derrota en el Nou Estadi ante el Zaragoza con otro partido pésimo. Fali adelantó a los locales, pero los aragoneses remontaron

12 noviembre 2018 22:16 | Actualizado a 15 noviembre 2018 11:13
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El Nàstic no puede estar peor. Ha tocado fondo. La derrota ante el Zaragoza supone otro golpe de difícil encaje para la hinchada. Por la pérdida de los tres puntos ante un equipo que era rival directo por eludir el descenso (dos puntos los separaban antes del encuentro) y por la imagen que dejó el equipo.

No se puede ni hablar de mejora respecto al Albacete, porque siguió la línea del choque en el Carlos Belmonte. Un equipo vacío. Pobre en argumentos, sin recursos en el campo y con una ausencia de intensidad que no puede pasarse por alto. Este equipo va camino de convertirse en el Lorca o el Athletic Bilbao que en marzo ya olían a Segunda B.

El Zaragoza ofreció poco menos que el Nàstic pero sacó tajada de los regalos granas. Un córner que se pudieron ahorrar, una falta innecesaria en el borde del área y un pase atrás que se quedó corto. Tres acciones que el cuadro de Lucas Alcaraz aprovechó para remontar el tanto inicial de Fali.

Cadamuro pagó, como tenía que ser, la factura por su pésimo encuentro ante el Albacete. Enrique Martín lo dejó en el banco pero no lo hizo para retrasar a Fali, sino para darle una nueva oportunidad a Djetei.

También Rocha se quedó fuera del once. El técnico grana prefirió mantener a Fali en el doble pivote, junto con Javi Márquez, y situar a Brugui en la mediapunta. Modificaciones que pretendían sacudir al equipo. No funcionaron y no queda más plantilla.

El partido pudo comenzar mejor para el Nàstic. A los cuatro minutos el cuadro grana ya ganaba gracias a un gol de Fali. Un tanto que el Zaragoza concedió de manera extremadamente sencilla. Botó Javi Márquez el córner desde el ataque derecho local y el el balón llegó mansamente al segundo poste. Ningún defensa reaccionó a una pelota tan despejable. Tampoco el arquero Cristian Álvarez salió a por ese balón. Fali lo tuvo fácil para rematar a placer.

El Nàstic no aprovechó ese momento. Se dejó hacer. Tomó posiciones defensivas y esperó a un contragolpe que no llegaba. El Zaragoza fue cogiendo confianza al balón. Demostraba sus carencias creativas, porque el atiborre de posesión no generaba ninguna incomodidad a la zaga tarraconense. Albentosa, Mejías y Djetei parecían entenderse algo mejor.  Aún así el equipo maño logró igualar el duelo.

Lo consiguió en otra acción de estrategia. El equipo de Lucas Alcaraz tuvo más fortuna que acierto, porque fue Djetei quien despejó el centro de Javi Ros al interior de la portería de Becerra. Un gol que equilibraba un choque de medianias. Dos equipos que expresaron poco fútbol y dieron los argumentos que explican el porqué de su situación en la tabla.

El segundo acto no mejoró el panorama para el Nàstic. El equipo de Enrique Martín siguió ofreciendo desorden y desentendimiento entre futbolistas. Hasta en las situaciones más sencillas aparecía la confusión en la ejecución de las acciones.

No expuso otra idea que lanzar balones largos a la aventura de los delanteros. Una película que Manu del Moral no siguió y que Luis Suárez tampoco logró asumirla como propia.

Aún salvó la poca maldad zaragocista en clave ofensiva. Los aragoneses tampoco supieron beneficiarse de las dudas granas. Se apuntaron una única ocasión bien hilvanada que acabó con el esférico paseándose por el área pequeña del Nàstic sin encontrar rematador.

Sí que supieron aprovecharse de un regalo en forma de falta en el balcón del área. Rocha, que acababa de saltar al terreno de juego, cometió una falta innecesaria. Un caramelo que Pep Biel saboreó con un lanzamiento magistral. Voló Becerra pero se quedó corto.

on el 1-2 empezó a querer el Nàstic. Pero querer no es poder. Y el cuadro grana no podía porque no sabía. Todo lo que hacían los jugadores granas era sacarse el balón de encima. Como si quemara. Llegaban arriba a trompicones. Sin ánimo, solo porque el Zaragoza acudió a refugiarse para proteger el botín. Llevaba ocho semanas sin degustar las mieles del éxito.

No podían dejar escapar esos tres puntos. Que remataron con el tercer gol. Otro regalo. Esta vez envuelto en papel brillante. Javi Jiménez completó su mal partido con una cesión a Álvaro Vázquez. Quiso retrasar el cuero pero se le quedó corto. Cortísimo. El delantero de Badalona encaró a Becerra y lo batió limpiamente. No lo celebró por respeto a su reciente pasado grana.

Nàstic. Becerra, Albentosa, Djetei (Manu Barreiro, 68’), Mejías, Coris (Tete, 52’), Javi Jiménez, Fali (Rocha, 61’), Javi Márquez, Brugué, Manu del Moral y Luis Suárez.

Real Zaragoza. Cristian Álvarez, Lasure, Perone, Verdasca, Pombo (Aguirre, 90’), Javi Ros, Eguaras, Nieto, Marc Gual (Álvaro Vázquez, 71’), Delmas y Pep Biel (Zapater, 84’).

Goles. 1-0, Fali (4’); 1-1, Djete (propia puerta) (34’); 1-2, Pep Biel (65’); 1-3, Álvaro Vázquez (89’).

Árbitro. Milla Alvéndiz (C. Andaluz). Amonestó a Albentosa, Mejías, Luis Suárez, Rocha, por parte del Nàstic y a Nieto, Pombo y Marc Gual.

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