A estas alturas de temporada ya ningún equipo engaña. Todos tienen claro cuáles son sus puntos fuertes y en qué factores flaquean. Ahora es cuestión de intentar sostener los primeros e intentar minimizar los segundos. El Nàstic es un equipo de radiografía sencilla si se tienen en cuenta los números que presenta. En el fútbol, las estadísticas no siempre lo dicen todo, pero sí que ayudan a comprender mucho. En el caso de los granas, no hay debate.
El equipo de Dani Vidal está con el playoff de manera virtual en el bolsillo gracias a su defensa. No hay más. 22 goles en contra en 35 partidos es una estadística demasiado demoledora. Más que nada porque ningún otro equipo de la categoría presenta esos registros defensivos. De los 40 equipos que forman la Primera RFEF, el Nàstic es el equipo que menos goles ha encajado y solo observa más o menos de cerca el Deportivo con 25 goles encajados. 19 porterías a cero, récord del club en el siglo XXI, completan el puzzle.
¿Por qué el Nàstic es un equipo tan firme defensivamente?
Se explica fácil. El conjunto grana defiende de manera coral. Todos los jugadores han interiorizado la defensa como prioridad y no hay esfuerzo que se ahorre en fase defensiva.
Lógicamente, no hay que hablar solo del equipo porque sería injusto no resaltar el nivel individual que están ofreciendo durante toda la temporada para levantar ese muro grana. El primero de ellos es un Alberto Varo que está siendo determinante en portería. Está ofreciendo lo que se le pide a un portero de equipo grande en la categoría, que pare lo parable y que no conceda oportunidades inesperadas al rival a través del error. A todo ello ha añadido varias paradas de mucho mérito e inalcanzables para otros guardametas de la categoría.
Eso sí, Varo no para tanto como podría haber imaginado, porque delante tiene una defensa que ha alcanzado una compenetración bestial a lo largo del curso. Nacho González y Pablo Trigueros son probablemente la mejor zaga del bronce y en los carriles Pol Domingo y Joan Oriol han ofrecido consistencia en todo momento, sobre todo a nivel defensivo, en la que no han concedido facilidades al rival.
¿Por qué siendo la mejor defensa ya no se aspira al ascenso directo?
En este caso la respuesta se encuentra en el ataque. Si el Nàstic en defensa ha sido temible, en fase ofensiva no ha podido brillar tanto como le hubiese gustado. No se puede hablar de que los granas son un equipo desastroso en ataque, pero sí que les ha faltado tener el colmillo algo más afilado.
Son 35 goles en 35 partidos. Una media de un tanto por encuentro. Comparado con el Depor (59 goles a favor) y el Barça Atlètico (56 goles a favor), primer y segundo clasificado, los datos reflejan la inferioridad. De hecho, los granas solo suman un gol en las últimas cuatro jornadas y sus últimas tres victorias han llegado con un resultado idéntico (1-0).
El máximo goleador del equipo está siendo un Pablo Fernández que suma siete dianas este curso y que ha superado su tope goleador. Unos números correctos en los que no ha estado demasiado acompañado. Solo Jardí le he aguantado el tipo con seis tantos. Ya por detrás le siguen Andy Escudero, Marc Fernández y Pablo Trigueros con cuatro goles cada uno. Han faltado más goles en los perfiles ofensivos. De hecho, Godoy y Mula, dos fichajes invernales que llegaron para aumentar el botín, tampoco han podido ayudar a ello, logrando el canario un solo tanto y el extremo no se ha podido estrenar siquiera como goleador.