Volver al pueblo para empezar a elaborar quesos. Esto es lo que hicieron Mercè Orós (38), Elena Orós (33) y Marina Orós (28), tres hermanas que crearon la Formatgeria Linens en Bellmunt del Priorat. Elena y Mercè estudiaban en Barcelona y los fines de semana volvían al pueblo. «Durante uno de los paseos que hacíamos, nos encontramos una cabra pequeña a la que había atacado un perro. Le colgaba el cordón umbilical, era recién nacida –explica Elena–. Cuando contactamos con el pastor nos dijo que estaba más muerta que viva y que no sobreviviría».
Se la llevaron a casa, la curaron y se salvó. Así es como empezó su aventura, porque después de la primera cabrita vinieron algunas más y les gustó tanto que, al cabo de dos años, la hermana mediana decidió ir a la Escola de Pastors del Pirineu. «Cuando volví de la escuela, enredé a mis dos hermanas y estuvieron encantadas de ayudarme con el proyecto», asegura Elena.
La iniciativa cooperativa empezó en 2019, a pesar de que tardaron casi un año en abrir la quesería debido a la Covid-19. Las hermanas Orós adaptaron la planta baja de la casa familiar para reconvertirla en un obrador, con cámara de maduración y espacio para tienda. «Nosotras nos lo hicimos todo, desde poner baldosas hasta enlucir paredes», dice entre risas Elena.
El siguiente paso sería poder elaborar los quesos con su propia leche. En este momento, tienen un rebaño con unas treinta cabras, pero como son muy jóvenes, todavía no dan leche y tienen que cogerla de otra explotación. En total, elaboran cinco quesos, caracterizados por ser blandos y cremosos, aunque también hacen requesón u otros productos especiales en época navideña. «Tenemos influencia francesa, porque nos inspiramos en queserías que visitamos en Francia –manifiestan–. Nos gusta mucho hacer pastas blandas. De hecho, lo hacemos todo autoprensado y esto nos da texturas más cremosas».
Únicas en la zona
Las hermanas de la Formatgeria Linens señalan que el apoyo de la gente de su territorio ha sido clave para crecer. «Nos ha sorprendido mucho la acogida que hemos tenido en las bodegas y nos han ayudado muchísimo a darnos visibilidad». Por otro lado, destacan que tienen «suerte», porque en el Priorat hay «mucha conciencia» de comprar producto local. «Hay otros lugares donde los compañeros queseros nos dicen que tienen que ir a un montón de ferias, pero nosotros tenemos un turismo muy concienciado y que va enfocado a comprar calidad».
Las integrantes de este proyecto participan en el mercado semanal de Falset y en ferias de la comarca, aunque sus quesos también se pueden comprar en el obrador y en la tienda online. En un futuro, les gustaría mejorar la quesería, por ejemplo, teniendo un obrador móvil en el corral para poder hacer cursos o talleres.
