Con más de 20 años trabajando con y para el sistema emprendedor, Begoña Perdiguero forma parte también de la Comisión de emprendimiento del Col·legi d’Economistes de Catalunya. Tras años de proyectos, estos son los tips que asegura que toda startup debe tener siempre presente.
1. Las personas con quien nos asociamos
Asociarse con las personas equivocadas es uno de los motivos por el cual fracasan las empresas en un elevado porcentaje. ¿Qué hay que evitar? Convertir en socio a quien solo va a ofrecer un servicio (que puede retribuirse); Asociarse con un amigo que no aporta un valor diferencial (solo por ser amigo o pareja); No definir bien las responsabilidades entre socios; No dejar claro quien lidera o quien tiene la última palabra en caso de visiones opuestas, estratégicas y toma de decisiones equivocadas. Hay que definir un buen pacto de socios. En la fase de crecimiento, hay que pensar en tener mentores o consejeros que aporten una mirada externa de valor, desde fuera del «propio enamoramiento con el proyecto». Es importante analizar bien quién entra en la empresa, qué aporta y qué nivel de compromiso tiene. Uno de los motivos más recurrentes de fracaso es por «trabajar con socios no adecuados».
2. Plan, estrategia y modelo de negocio
Lo que realmente importa para tener éxito es el «cómo ejecutamos nuestra idea», no la idea en sí. Por todo ello, hay que definir bien cómo se desarrollará la idea, qué necesidades habrá, conocer bien el mercado, sus regulaciones y normas legales, que éste sea interesante y un buen diseño de cómo llegar a él sabiendo ir rectificando a tiempo (pivotar y adaptarnos al cliente). Y por supuesto, que el modelo de negocio sea sostenible.
3. Tener claro el valor añadido
¿Cuál es la propuesta de valor real? Hay que contrastarla con clientes. Hay que validar que hay demanda. Se puede pensar que el valor ofrecido está en un atributo determinado, pero la realidad puede que sean otras las razones por la que nos escojan los clientes. Hay que saberlo, hay que contrastarlo para avanzar en la dirección correcta, y siempre enfocados en el cliente.
4. Aprender como única constante
En las primeras etapas la principal métrica va a ser ¿Qué aprendemos? Emprender es empezar una etapa de incertidumbres, riesgos y obstáculos. Por todo ello, hay que «ser flexible» porque va a tener un impacto en la vida del emprendedor. Hay que validar lo que se va construyendo con potenciales clientes. La clave pasa por hacer- probar- rectificar-adaptar. El método Lean Canvas ayuda a medir cómo se progresa y cómo nos acercamos a lo que es útil para el cliente. Un método científico de prueba y error para mejorar y construir nuestro producto.
5. ¿Cómo gestionar la financiación?
Sin financiación el proyecto no puede avanzar, pero hay que definir bien la estrategia de cómo financiamos nuestro proyecto. «No todos los instrumentos financieros son iguales». Según la fase en que esté la startup va ser más eficaz una herramienta u otra. Aparte, hay que buscar financiación suficiente y con antelación. Y por supuesto, de nuevo, mirar bien con quien nos unimos.
6. Sin (mucho) miedo al fracaso
Cada proyecto es único. Cada persona tiene sus condicionantes y sus circunstancias que forman parte de su punto de inicio y sus probabilidades de éxito. Por eso, hay que empezar conociendo bien estos condicionantes, las fortalezas, puntos débiles, motivaciones y limitaciones. Es importante «ser conscientes que nos adentramos en un viaje de emociones, tensiones y obstáculos».
