El presidente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), Ignasi Cañagueral, ha apuntado que las empresas químicas cerrarán el año con una capacidad de la producción del 60%. El dato se arrastra desde el segundo semestre de 2022, por la situación geopolítica y las guerras de Ucrania e Israel. “Con un 60% de capacidad no se pueden absorber todos los costes fijos. Necesitas trabajar al 80% para empezar a ser competitivo”, ha advertido Cañagueral.
De hecho, el presidente de la AEQT ha confirmado que se importa más productos de Estados Unidos y China, donde las administraciones están dando más subvenciones, y «esto está provocando un descalabro por Europa». Por eso Cañagueral ha exigido tener «las mismas» en los gobiernos catalán y español
Cañagueral ha ejemplificado esta pérdida de la competitividad asegurando que «hay almacenes en Tarragona con productos que no están producidos aquí, sino que están llegando de otras regiones», donde se elaboran con un coste más bajo.
Las ayudas
Para el presidente de la AEQT, las ayudas «descomunales» que están recibiendo países como Estados Unidos «les han descolocado» y hace que «competir sea difícil». «Tenemos que conseguir lo mismo aquí», ha subrayado Cañagueral, quien ha añadido que las administraciones y la ciudadanía deben entender «la necesidad de continuar teniendo el polígono químico más importante del sur de Europa».
Unas ayudas económicas que se sumarían a las inversiones que, según Cañagueral, ya están realizando la treintena de empresas que forman parte de la AEQT para avanzar hacia la descarbonización de la industria química. En este sentido, ha recordado que mientras no llegue el hidrógeno verde «con cantidad y coste adecuado», la apuesta pasa por el hidrógeno bajo en carbono y la captura del CO2.
De hecho, a finales de noviembre las empresas químicas ya anunciaron que querían construir almacenes geológicos subterráneos de CO2 en Tarragona.
Preguntado por las redes eléctricas cerradas, el presidente de la AEQT ha afirmado que, aunque el reglamento fue aprobado el pasado abril, el documento no recogía las «reclamaciones históricas» del sector. Desde la asociación, detallaron que las redes cerradas sobrevenidas por ventas y compras no han quedado incluidas y que ahora se están haciendo las inversiones para «asegurar que todas las conexiones eléctricas son independientes». «A partir de aquí veremos qué red cerrada podemos hacer», detallaron fuentes de la AEQT.
