Con perdón, aconsejaría a la Generalitat que disimule mejor su contrariedad cuando de Madrid le llegan noticias buenas. Tienen el resto del año para lo contrario.
Claro que las emociones son libres, y no me gustaría que yo tuviera que disimular mi satisfacción por recibir hoy en Tarragona a dos excelentes periodistas: Mikel Iturbe, que vendrá de Zaragoza, donde ejerce desde hace nueve años como director del Heraldo de Aragón, y Xavi Ayén, de Barcelona, periodista de referencia en el ámbito cultural de La Vanguardia.
Son muestra de que la vocación periodística sigue firme en nuestra época de cambios. En papel, en pantalla o en plexiglás, siempre se necesitarán personas enamoradas de contar lo que sucede, ponderarlo, exaltarlo o rechazarlo, buscar lo verdadero y denunciar lo falso. Es decir: informar y opinar, con respeto y libertad, siempre con buen gusto.
Simplemente, periodismo.