No fue algo premeditado. Surgió sobre la marcha. «No éramos conscientes. Íbamos contactando con la gente, como siempre, hasta que nos dimos cuenta y vimos que éramos todo mujeres», reconoce Raquel Collado, 46 años, cabeza de lista del PSC por Botarell (Baix Camp). Las nueve personas que conforman la candidatura para el 28-M son mujeres, en general de los 40 a los 65 años, con perfiles variados que van de emprendedoras a jubiladas, pasando por madres que estudian y trabajan. «No es algo planificado. Nos sorprende que llame la atención y supongo que es porque es algo poco usual. Hemos acabado montando un grupo de trabajo excelente», indica Collado. Consultaron con el partido si esa lucha por la paridad había ido demasiado lejos y la lista podía concurrir sin hombres. «Nos dijeron que podíamos por estar en un municipio de menos de 3.000 habitantes», explica.
Collado trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa, es madre de dos hijos y está acabando el grado de ADE. «Tengo la agenda completa pero me queda energía. Creo que las mujeres tenemos una forma particular de ver todo, y se puede aportar muchísimo al pueblo, en todos los ámbitos». Este mandato Raquel ha sido concejala en la oposición junto a su compañera Montserrat Roca, cabeza de lista en 2019 y ahora en el último puesto. La número 1 alude al empoderamiento pero sin otorgarse méritos. «El primer recuerdo que tengo es la imagen de mi madre, tirando adelante, cuidando de cinco hijos. No recuerdo que mi madre dijera ‘estoy cansada’. Podemos llegar a todo», cuenta Collado.
«Las mujeres tenemos una forma particular de verlo todo y podemos aportar mucho», reconoce Raquel Collado, cabeza de lista del PSC en Botarell
Esta candidatura socialista no es común. Solo tres cada diez listas que concurren a las urnas en la provincia están comandadas por ellas: 194 de 659. Es el 29,40%. Es prácticamente la misma proporción de hace cuatro años. En 2019, última cita electoral, fueron 185 de 646, un 28,6%. Este pasado mandato solo dos de cada diez municipios han estado liderados por mujeres. La entrada de ellas en la política municipal parece estancarse, o al menos cuando se trata de encabezar proyectos.
Destacan Reus o Cunit
Muy parecida proporción se da si se consideran las diez principales ciudades: solo un 30% de las iniciativas electorales vienen capitaneadas por féminas. De entre esas localidades mayores, algunas destacan especialmente. En Reus las candidaturas de mujeres por delante (ocho) duplican a las de los hombres (cuatro), lo que hace que la capital del Baix Camp vaya a tener a partir del día 29 a la primera alcaldesa de su historia; en Cunit (Baix Penedès) hay cinco listas de mujeres por otras tantas de hombres; también hay empate a cuatro en Valls (Alt Camp); y en Creixell (Tarrragonès) ellas, con cinco, superan a ellos, con cuatro. En Altafulla (Tarragonès) las mujeres lideran cinco de las seis propuestas para votar.
Las mujeres lideran 194 de las 659 candidaturas que concurren a las elecciones a los 184 municipios de la provincia este 28 de mayo
Son las excepciones a una tónica masculina dominante. En 69 poblaciones, el 37% del total, la máxima autoridad local será sí o sí un hombre. Por otra parte, solo en nueve núcleos se puede saber ya que una mujer cogerá las riendas del consistorio, bien porque no se presentan más listas o bien porque todas están conducidas por ellas y competirán entre sí. Son, eso sí, pueblos pequeños como Benissanet, La Nou de Gaià, Aldover, Puigpelat o Solivella. En otros municipios como Vandellòs i L’Hospitalet o Santa Oliva también hay una mayoría de listas de mujeres como números 1. El género en estas listas determinará la composición de los ayuntamientos, nuevamente marcados por la masculinización, pese a los progresos de los últimos años.
Una pionera en el Priorat
Mucho han cambiado las cosas desde que en 1979, en la restauración democrática de los ayuntamientos, Montserrat Aixalà se convirtiera en la pionera alcaldesa de Torroja del Priorat. «Recuerdo que nos encontrábamos todos los alcaldes y solo estaba yo de mujer», explica ella, que abrió camino sin proponérselo: «Veníamos del franquismo y había muchas ganas de dejar atrás aquello, de participar en la sociedad y tomar parte. Yo quería hacer algo por el pueblo. Nunca estoy parada».
«Fui la primera alcaldesa porque tenía ganas de hacer cosas por el pueblo y por la sociedad», reconoce Montserrat Aixalà. alcaldesa de Torroja del Priorat (1979-1983)
Aixalà, de 69 años, tenía por entonces 25 y ya se topó con algunos de los prejuicios que siguen hoy: «Recuerdo que llamaban a casa y preguntaban por mi marido, cuando yo era la alcaldesa. Decían ‘dígale a su marido...’ Entonces decía que era yo la alcaldesa, y me pedían perdón».
Pese a eso, ella, hija de un bisabuelo que también fue alcalde, como su padre, el último del franquismo, se quita protagonismo: «Para mí fue algo natural, un impulso que me salió. Uno hace las cosas porque quiere, no para buscar reconocimiento. Yo no creo en las cuotas, no me gustan. Me da igual si es un hombre o una mujer, lo importante es que lo haga bien. Y si la mujer no vale, pues tiene que decirse también».
El ejemplo de Montserrat es más común hoy, pero el balance es aún desequilibrado. De los últimos comicios emanaron 34 alcaldesas de 184 en la provincia, un 18% del total. Ha habido relevos a medio mandato, como en Cambrils o Cunit, donde empezó una mujer al frente y fue sustituida por un hombre. Tortosa y Valls son las dos grandes ciudades dirigidas por mujeres estos cuatro años.
Menos poder femenino
En clave Catalunya, también la igualdad queda lejos. Los datos del Institut Català de les Dones muestran que en 2019 la proporción de alcaldesas se enfilaba al 23,1%, superando ligeramente el dato provincial. La cifra crece a cada año. En 1979 era el 2%.
En Reus el 66% de listas están lideradas por mujeres. Es el ejemplo más claro en términos de igualdad. La capital del Baix Camp tendrá a la primera alcaldesa de su historia
El Institut, en su diagnóstico ‘Dones i Poder Local’, detecta que «la proporción de mujeres disminuye a medida en que se asciende en la jerarquía piramidal, de manera que su presencia ocupando posiciones de poder y asumiendo responsabilidades laborales es mínima». Las féminas sí logran algo más de huella en las concejalías. Ayuntamientos grandes como Tarragona, Reus, Tortosa, Amposta, Vila-seca o Valls superan el 40% en ratios de mujeres ediles.
El déficit se extiende a otros estamentos. El Institut señala que «la Diputació de Tarragona es la que tiene menor presencia de mujeres diputadas, con un 22,73%», a pesar de estar presidida por una mujer, Noemí Llauradó, y de tener paridad en vicepresidencias.
El informe analiza otra variable como es la permanencia: hay más mujeres que están uno o dos mandatos; y, en cambio, una mayor presencia de hombres en las franjas que han ocupado tres o más: «Esto denotaría una mayor permanencia en los cargos políticos por parte de los hombres. Hay una tendencia aún actual de no legitimar a las mujeres en los cargos a medio y largo plazo».
Candidaturas impugnadas en Valls y La Selva del Camp por demasiadas mujeres
Las Juntas Electorales de Zona de Valls y Reus notificaron irregularidades en las listas de la CUP de Valls y La Selva del Camp. El requerimiento se dio por no cumplir el porcentaje de candidatos hombre que marca la ley. La normativa establece que en municipios de más de 3.000 habitantes –no afecta, por tanto, a Botarell– se debe cumplir con la representación mínima del 40% por sexo. Ambas candidaturas presentaban un porcentaje superior al 60% de mujeres. Han tenido que intercambiar a mujeres con hombres suplentes. La CUP lamenta que «la Junta no está comprometida con el cambio social feminista» y apunta: «La absurdidad de la impugnación demuestra la hipocresía de un sistema incapaz de superar las estructuras patriarcales».
El 63% de municipios tarraconenses no han tenido nunca una alcaldesa
La brecha de género sigue pero tiene mucho de agravio histórico acumulado. De los 184 municipios tarraconenses, un total de 116, el 63%, no han sido gobernados nunca por mujeres en más de 40 años de democracia. El otro 37% sí ha tenido en algún momento una alcaldesa. El dato es peor que en el balance global de Catalunya, donde un 57% nunca han tenido una mujer al frente del consistorio, por un 43% que sí. «Este cargo de alta visibilidad pública continúa primordialmente masculinizado», indica el Institut Català de les Dones en su estadística, que abarca desde 1979 hasta 2019, últimos comicios locales celebrados hasta ahora. En la lista de ese déficit están algunas de las poblaciones más importantes de la provincia, como Tarragona, Reus, Salou, Vila-seca, Amposta, Calafell, La Ràpita, Montblanc, Riudoms, Mont-roig del Camp, La Selva del Camp, Roda de Berà o Roquetes.
Y eso que en algunos casos ha habido alta rotación. Almoster, Constantí, Corbera d’Ebre o La Secuita han tenido ocho alcaldes y ninguna mujer. En Barberà de la Conca la relación es de 10 a cero, según ese balance.
