Israel blinda la identidad judía entre críticas de racismo

Una ley con rango constitucional relega a ciudadanos de segunda clase a la minoría árabe, que es el 20% de la población

20 julio 2018 11:40 | Actualizado a 20 julio 2018 11:41
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El Parlamento israelí aprobó en la madrugada de ayer, tras un acalorado y largo debate, la controvertida ley Estado-Nación, que blinda el carácter judío del país, reserva el derecho a la autodeterminación a este colectivo, y deja el hebreo como única lengua oficial, entre críticas por discriminatoria. Tras más de diez horas de discusiones, la Knéset (Parlamento israelí) aprobó con 62 votos a favor, 55 en contra y dos abstenciones la ley básica, con rango constitucional, que declara Israel como «el hogar nacional del pueblo judío».

La protección del carácter judío del país incluye la preservación del himno Hatikva, la bandera blanca y azul con la estrella de David en el centro, una menorá (candelabro judío) como símbolo del país, y el hebreo como lengua estatal, y relega al árabe, hasta ahora oficial, a «una categoría especial». La ley también declara Jerusalén como capital de Israel y al calendario hebreo como el oficial del Estado.

Odio al otro
«Es una ley dramática desde el punto de vista legal», explicó Gay Luria, abogado del Instituto Israelí de Democracia. Si bien todas las cláusulas de la ley eran praxis común, en el momento en que son legitimadas por una ley básica «se despoja al Estado de la defensa frente a atropellos discriminatorios», analizó Luria.

Entre los críticos a la ley se oyeron voces en el Parlamento como la de la diputada del partido laborista de la oposición Unión Sionista, Shelly Yiajimovich: «Nadie se cree que al Gobierno le interese la nacionalidad ni el Estado de Israel», y agregó que esta ley fomenta una forma «envilecida de nacionalismo que odia al otro», según el diario Yediot Aharonot.

Además, hubo disenso dentro del Likud, el partido mayoritario de la coalición de Gobierno; Benny Beguin dijo que esa ley no era lo que él esperaba de su partido, y advirtió que podría provocar el aumento de la tensión social y el nacionalismo extremo. 

Las reacciones más furiosas provinieron de la Lista Árabe Unida. El parlamentario, Ayman Odeh, perteneciente a ese partido, ondeó una bandera negra en el podio, en señal de duelo por la democracia israelí, que considera muerta. «Se ha aprobado una ley de supremacía judía y nos ha comunicado que siempre seremos ciudadanos de segunda clase», declaró Odeh sobre el 20% de la población que constituye la minoría árabe.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) calificó el texto como «peligroso y racista por excelencia».

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