La apertura de negocios y las obras revitalizan la zona de la plaza Villarroel

Hace unos meses abrió un local de la cadena Piemontesa y se está a la espera de la puesta en marcha de la residencia

17 enero 2019 20:10 | Actualizado a 19 enero 2019 10:56
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La plaza Antoni de Villarroel de Reus, y todo su entorno, ha experimentado un cambio radical en los últimos meses. Primero con las obras de construcción de la nueva plaza, Y después con la llegada de nuevos negocios.

Pero vayamos por partes. Hace unos meses finalizaban los trabajos de construcción de una nueva rotonda en la plaza Antoni de Villarroel, presupuestada en unos 50.000€, que más allá de reordenar el tráfico en unas de las zona con más movilidad de la ciudad también cambiaba totalmente su fisonomía original. Una modificación que, según los propios comerciantes de la zona con los que ha hablado el Diari, ha generado disparidad de opiniones, aunque la mayoría son positivas.

Paralelamente a estas obras, en sus alrededores se han ido gestando nuevas aperturas de negocios que podrían potenciar una zona de la ciudad que en los últimos tiempos no pasaba por su mejor momento. El más significativo ha sido la apertura de un gran restaurante de la cadena Piemontesa hará cerca de tres meses. Pero es que, además, se está pendiente de la apertura de una residencia para personas de la tercera edad en la calle Batan que contaría con más de un centenar de camas. Las obras, tal y como se aprecia desde el exterior, están muy avanzadas.  

Los comerciantes

Los cambios de la plaza Villarroel  han repercutido en la actividad diaria de los comerciantes que se encuentran a su alrededor. En el caso del Bar-Cafetería El Raconet de la Riera d’Aragó, donde están hace unos nueve meses, explican que «estamos algo descontentos con el cambio de la rotonda». «Creemos que no hacía falta. Nos han quitado unos árboles que nos daban mucha sombra en verano. Aunque no nos podemos quejar en lo que a afluencia de clientes se refiere. Desde que abrió el restaurante de delante, muchos clientes que esperan que se les asigne mesa, hacen tiempo en nuestro negocio, ya sea con tapas u otros aperitivos», destaca Ibán Pastor, de El Raconet. 

Por otro lado y en la misma calle, está Bartomeu Balsells. Hace 35 años que dirige el negocio Esports Armobal y asegura que ha visto cantidad de cambios en la zona. «Mantenemos la clientela. Con el cierre de La Caixa sí que observamos menos gente de paso, pero tanto la residencia como el restaurante contiguo darán mucha vida a esta parte de la ciudad», dice Balsells. 

Y es que aunque «haya movimiento en esta calle, el centro se lo lleva todo». Aun así, desde Esports Armobal confían en que vengan tiempos de bonanza. Gian Clemente, dueño del establecimiento Cal Sabater en la calle Batan – especializado en reparación de calzado, copia de llaves y afilados–, es otro comerciante que confía en que la zona disfrute de cierta prosperidad en un futuro cercano. 

«Soy realista, la fidelidad de los clientes ha cambiado. Con cuatro años y medio trabajando la zona, la gente sabe donde ubicarte. En mi sector, no se sufre porque la zona del centro de la ciudad se lleve mucha más clientela. Aquí acogemos gente del barrio en su mayoría, pero también una gran parte de fuera», resume Clemente. 

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