Cada diez días se diagnostica un nuevo caso de VIH en Tarragona

La cifra se ha estabilizado en la región en los últimos años, pero sigue habiendo nuevos contagios. La eficacia de los tratamientos ha hecho disminuir el miedo a la enfermedad

19 mayo 2017 21:01 | Actualizado a 22 mayo 2017 11:12
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«Las cifras ya tenían que estar de bajada», reconoce José Joaquim Peraire, médico internista que ha visto evolucionar ante sus ojos, en su consulta del HospitalJoan XXIII, el devenir del VIH/Sida. Mucho han cambiado las cosas entre aquellos primeros pacientes a quienes apenas conseguían tratar de las múltiples infecciones que amenazaban sus vidas y los de hoy, que se hacen mayores y conviven con el virus como cualquier otra enfermedad crónica.

Pero, pese a los avances, siguen habiendo contagios. El año pasado se diagnosticaron 35 nuevos casos en el Camp de Tarragona, casi uno cada diez días. Es una proporción similar a la de años anteriores pero que no por estabilizada deja de preocupar.

Los datos los daba a conocer ayer, día mundial de la enfermedad, el director de la Regió Sanitària del Camp de Tarragona, Josep Mercadé, quien explicaba que la relación de personas con el virus en la región es casi la mitad que en Catalunya. Si aquí hay 5,5 por cada 100.000 habitantes, en el conjunto de Catalunya son 10 (en Barcelona ciudad, 25).

Otro dato diferencial es la proporción de pacientes extranjeros, mucho menor al conjunto de Catalunya; aquí son el 8% frente a un 91% de los nacionales.

Los datos del año pasado también muestran una tendencia creciente en los últimos años: la masculinización de la enfermedad. Aquí el 85% de los nuevos casos se dieron en hombres. De hecho, la mitad de los diagnósticos (53% de los casos) correspondían a hombres que tenían sexo con hombres. La principal vía de transmisión, tanto en hombres como en mujeres, es la sexual. Las drogas por vía parenteral ya sólo suponen el 6%. La media de edad está en los 36 años.

 

‘No han visto morir a nadie’

En este punto Peraire comparte la teoría de muchos otros especialistas: la mejora en los tratamientos (hoy incluso hay pacientes que mantienen a raya al virus con una sola pastilla al día) han hecho bajar la guardia, especialmente entre los homosexuales. El médico cree que es paradójico porque fueron justamente los más concienciados al principio de la epidemia.«Creo que tiene que ver con que ellos ya no han visto morir a sus amigos, a sus parejas», apunta.

Además preocupan quienes están contagiados y no lo saben. Creu Roja estima que en la provincia de Tarragona serían unas 500 personas. El año pasado en la región sanitaria el 35% de los diagnósticos fueron tardíos. Además, se detectaron 5 casos de personas que desarrollaron la enfermedad.

Peraire explica que la experiencia ha demostrado que lo mejor es comenzar el tratamiento cuanto antes, ya que, aunque no se desarrolle la enfermedad, el virus mantiene al organismo en alerta y desencadena procesos inflamatorios constantes que hacen que estos pacientes sean más vulnerables a problemas cardíacos y tumores, entre otros.

Aunque los esfuerzos por hacer un diagnóstico cada vez más precoz no han faltado en el último año. Un ejemplo es la ampliación de la red de farmacias en las que hacerse la prueba. Joaquim Nolla, presidente del Col·legi de Farmacèutics de Tarragona, citaba por ejemplo que el año pasado se realizaron 204 pruebas en farmacias, de las cuales sólo 3 resultaron positivas. No obstante, se realizó una labor informativa con todos quienes acudieron a realizarse la prueba.

Justamente en el capítulo de la prevención, la ciudad de Tarragona tiene un importante camino recorrido. Buena parte de esas acciones se han coordinado a través del Grupo de Trabajo de Salud Sexual i VIH que este año cumple 5 años. En la misma participan diferentes entidades, centros de salud y departamentos del ayuntamiento. Valga como ejemplo que el año pasado entre distintas entidades se desarrollaron talleres a los que asistieron unos 8.000 alumnos de centros educativos.

 

El tratamiento que viene

El otro foco de atención estaba ayer en los nuevos tratamientos, la llamada profilaxis preexposición. Se trata de suministrar tratamiento antiviral a personas que se prevé que van a estar expuestas al virus.

Tanto Mercadé como LLuís Romero, del grupo de trabajo, consideran que el tratamiento puede ser «beneficioso» como una herramienta más en grupos vulnerables, pero todavía queda mucho por discutir sobre cómo implementarlo.

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