Del huerto a los más necesitados de Tarragona

La Casa d´Oficis d´Agricultura Ecològica entregó ayer a las monjas del convento del Portal del Carro ?parte de su cosecha, una iniciativa que se repetirá con otras entidades sociales

19 mayo 2017 18:24 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:52
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Los jóvenes aprenden el oficio de payés y el fruto obtenido sirve para preparar comidas más saludables a las personas necesitadas. Bajo esta premisa, ayer alumnos de la Casa d’Oficis d’Emprenedoria d’Agricultura Ecològica de Tarragona entregaron hortalizas a las monjas del convento del Portal del Carro para las comidas que se preparan para las personas sin recursos. Es sólo el principio, porque a partir de ahora se repetirá la acción con las entidades que trabajan con las personas con menos recursos.

Esta Casa d’Oficis de Tarragona comenzó su andadura el pasado 1 de abril con la participación de doce personas mayores de 25 años –once hombres y una mujer– que ni trabajan ni estudian. Está gestionada por Tarragona Impulsa, y cuenta con subvenciones del Servei d’Ocupació de Catalunya, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y el Fondo Social Europeo. La idea surgió del concejal Francesc Roca como una apuesta por el comercio y los productos de proximidad.

Primera fase teórica

Durante unos meses los jóvenes han aprendido a crear un huerto, su funcionamiento, las bases de la agricultura ecológica, la botánica, saber interpretar las mareas y las lunas a la hora de plantar y recolectar los productos, etc.

Si bien mayoritariamente se ha tratado de clases teóricas, «ha habido un poco de práctica, comenzaron con pequeñas plantaciones al lado del río», comenta Jordi Inglés, uno de los docentes y encargado de la casa, que está dirigida por Mábel Martín.

Una vez finalizado el primer periodo, el pasado 1 de junio los once participantes –uno se dio de baja voluntariamente–, con un contrato por parte del Ayuntamiento, comenzaron una formación básicamente práctica en dicho huerto –de casi media hectárea de extensión–, aunque con un 25 por ciento de clases teóricas.

Primero se comenzó a labrar el terreno, a abonar con estiércol ecológico y se realizaron las primeras plantaciones, inicialmente con riego manual y ahora ya automático.

Al principio, la producción era pequeña y la consumían los propios alumnos, «pero ahora comienza a ser importante y por ello hemos pensado en las entidades que trabajan con las personas necesitadas», explica Jordi Inglés. La primera entrega ‘oficial’ fue ayer a las monjas del convento del Portal del Carro, en la Part Alta. En las cajas había judías verdes, pepinos, dos clases de lechuga y calabacín.

«Intentaremos cada semana abastecer a las entidades y establecer así una rueda para que no siempre sean las mismas», apunta el profesor, quien añade que ahora ya comienzan a plantar productos de invierno, como tomates, coles, coliflores, pepinos, acelgas, cebollas, escarola, etc.

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