Los reencuentros se han producido con cuentagotas. Uno de ellos tuvo como protagonista a María, zaragozana pero residente en Tarragona, con su hija, vecina de un municipio de Castellón. El encuentro se produjo el año pasado, 30 después de que María diera a luz y tras dos décadas de búsqueda. Su hija, un bebé robado, había nacido en una clínica de Zaragoza el 8 de julio de 1985. La joven, que luego vivió con sus padres adoptivos, también había comenzado la búsqueda de su madre real por su cuenta. El encuentro se produjo a raíz de las pesquisas policiales después de que ambas supieran que las pruebas de ADN habían dado positivo con un 99,99996% de posibilidades.
La historia comenzó en Salou. María conoció a su pareja, el padre biológico. Una vez dio a luz, en la clínica Montpellier de Zaragoza le dijeron que su hija había fallecido. Ella denunció incongruencias y comenzó la investigación, que aún dura.