Difícil asegurar quiénes son los buenos

#seriesenvena
‘La chica del tambor’.
Basada en una de las novelas más famosas de John Le Carré del mismo nombre, es un adictivo thriller de espionaje

11 enero 2019 17:54 | Actualizado a 11 enero 2019 18:38
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Parece ser que la BBC le ha cogido el gusto a esto de adaptar las novelas de John Le Carré. Tras haber estrenado hace un par de años El infiltrado, la miniserie basada en la novela homónima del escritor británico, ha vuelto a hacerlo en este caso adaptando La chica del tambor.

La chica del tambor, que emite desde ayer viernes 11 Movistar+, arranca en la Alemania Occidental del año 1979. Tras la masacre de las olimpiadas de Munich la tensión entre israelís y palestinos está en su punto más álgido y el terrorismo palestino está más activo que nunca, cometiendo un atentado tras otro en suelo europeo, lo que tiene en jaque a todos los servicios de inteligencia europeos, pero, sobre todo, al israelí Mossad. Después del último ataque cometido en Alemania occidental contra los intereses israelís, Israel envía a su mejor equipo del Mossad para intentar atrapar al peligroso cabecilla palestino Khalil.

Planes complejos
Kurtz (Michael Shannon)
es el líder de este equipo y para llevar a cabo su misión no va a dudar en utilizar cualquier recurso a su alcance e idea un plan tan maquiavélico como inteligente para atrapar a su presa.
Y es aquí donde entra en acción Charlie (Florence Pugh), una actriz británica con aspiraciones pero que no acaba de triunfar y que tras un más que singular casting entra a formar parte del grupo israelí sin que ella se dé cuenta realmente de dónde se está metiendo. Para que el plan de Kurtz funcione es imprescindible la colaboración de su mejor hombre, Gadi (Alexander Skarsgård), que le ayudará a manejar a Charlie y conseguirá que poco a poco vaya entendiendo cual es su papel en esto que Kurtz llama «el teatro de lo real» donde cada uno tiene un papel que interpretar siempre sin salirse del guión preestablecido por él.

‘La chica del tambor’ retrata un mundo en el que las líneas entre el héroe y el villano y entre el amor y el odio se mezclan peligrosamente.

Dirección con garantías
La chica del tambor está dirigida por el coreano Park Chan-Wook y se nota su sello en cada toma. Puede haber momentos que pensemos que el desarrollo de la trama es algo lento o que no entendemos bien qué es lo que nos está queriendo explicar Chan-Wook pero solo hay que tener un poco de paciencia y paulatinamente vamos a ir entendiendo el por qué de algunas situaciones o comportamientos por parte de los protagonistas.

Puede parecer extraño que por ejemplo en el primer capítulo nos muestren dos historias en principio totalmente ajenas la una de la otra como son el atentado al agregado israelí y las vacaciones de Charlie en Grecia, pero si tenemos calma vamos a ver cómo se van a ir enlazando magistralmente todas las historias por muy alejadas que nos parezcan.

La absoluta protagonista
Aunque Kurtz y Gadi tienen un papel más que relevante, Charlie es la verdadera protagonista de esta historia y a lo largo de los seis capítulos de una hora que conforman La chica del tambor, vamos a ver cómo su personaje va evolucionando desde un punto en que es una chica despreocupada y sin más aspiración en la vida que convertirse en actriz a pasar a formar parte de un complejo plan del Mossad israelí para dar caza al grupo terrorista palestino.

Su implicación va a ser tal que llega el día en que se plantea si realmente está del lado de los buenos. Y esto es algo que nosotros, como espectadores, también nos vamos a plantear. Porque en esta vida no todo es blanco o negro, existe una amplia gama de grises y en el arte de mostrárnoslos John Le Carré es un maestro.

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