Doradas transexuales

El biólogo Cristóbal Aguilera, del IRTA, arranca el Festival Internacional Pint of Science en Tarragona

15 mayo 2018 08:29 | Actualizado a 09 junio 2018 14:37
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El título de la charla, La dorada y el sexo, daba pie a conjeturas. ¿De qué se nos iba a hablar? ¿Si comemos más doradas tendremos mejor vida sexual?

Nada más lejos de la realidad. Bastante problema tienen estos peces con su sexualidad para preocuparse por la nuestra. 

El biólogo Cristóbal Aguilera, del Instituto de Investigación y Tecnología agroalimentaria (IRTA), tuvo el honor ayer «y también la responsabilidad», según él mismo afirmó, de arrancar el Festival Internacional ‘Pint of Science’, que este año se celebra por primera vez en Tarragona.

Y lo hizo en una vinatería Clot Martell llena a rebosar con la mitad de la audiencia de pie y un poco abarrotada, algo encomiable teniendo en cuenta que era una ponencia científica, aunque amena, y no había un balón de por medio. 

¿Se imaginan ustedes que un día por la mañana deciden que están hartos de su sexo y que quieren cambiarlo?

Pues esto que parece tan práctico y que es lo que hacen las doradas, no lo es tanto para los científicos, que acaban ‘locos’ a la hora de reproducirlas para alimentar a medio mundo. 

«En los peces se dan todas las tipologías de reproducción sexual y no sexual», explicó Aguilera.

Sin embargo, las doradas van un poco más lejos.

«Pueden decidir cambiar de sexo» y el comportamiento que supuestamente tenían controlado era que «su primera maduración la hacían como macho y la segunda vida pasaban a ser hembras».

Pero no es exactamente así. Todo se descubrió a raíz de la muerte repentina de 60 doradas bien hermosas.

¿Qué había ocurrido? Los investigadores, pipetas arriba y abajo analizaron el agua, la temperatura, los animales, en fin, todo lo analizable. Hasta que decidieron abrirlas.

«Imagínense, un sábado por la tarde abriendo 60 animales».

Y lo que descubrieron fue primordial. Había individuos que cambiaron de macho a hembra, según el proceso previsto. «Otros se saltaron los seis meses de tiempo y lo hicieron de golpe. Hubo quien prefirió quedarse inmaduro», algo que también ocurre a veces en los humanos.

«Alguna dorada probó a ser hembra, se lo pensó y volvió hacia atrás». Se asomó a la vida femenina y decidió que no era para él/ella. «Y había quien se lo estaba pensando». Todo en juego.

Y por cierto, ¿de qué murieron? «De frenesí sexual, algo que tampoco está tan mal», bromeó Aguilera. 

Los científicos, a pesar de todo este lío de género han conseguido controlar su reproducción. Así que les invito a reflexionar sobre todo ello cuando tengan delante un sabroso plato de dorada al horno. 

El festival ‘Pint of Science’ continúa hoy y mañana en Clot Martell, Highland y La Cantonada.

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