El turismo mantiene el fuelle aunque no llega a las cifras récord del año pasado

En el mes de julio se registró una «remontada» de visitantes del mercado español en Tarragona, tras un primer semestre en el que había experimentado un descenso

14 agosto 2018 08:57 | Actualizado a 14 agosto 2018 09:03
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Con más de 2,2 millones de visitantes y 1,4 millones de pernoctaciones, el año pasado se alcanzaron todos los récords en materia turística en Tarragona. La ciudad se benefició de una tendencia al alza en el conjunto del Estado y, aunque este año las cifras van por debajo, se mantiene la buena dinámica, con datos por encima de 2016, cuando ya fue un año muy bueno.

Según datos del Observatori del Parc Científic i Tecnològic del Turisme i Oci, el pasado mes de julio se registró una ocupación del 83,78%, 0,82 puntos menos que el mismo mes del año pasado, aunque por encima del 75,8% de 2016. Esto supone un total de 252.512 pernoctaciones, lo que representa un crecimiento del 7,4% respecto a las cifras alcanzadas hace dos años.

En la información recogida en el mes de julio destaca también una «remontada» del mercado español respecto al primer semestre del año, cuando había experimentado un ligero descenso. 

En cuanto a los mercados internacionales, los que han crecido más en este periodo son el británico, irlandés e italiano. Además, entre enero y julio también ha experimentado un aumento la presencia de holandeses, alemanes y norteamericanos. Por contra, ha sufrido un ligero descenso el mercado francés.

Competidores directos como Egipto y Turquía están recuperando la estabilidad

La concejal de Turisme del Ayuntamiento de Tarragona, Inmaculada Rodríguez, destaca que «los registros de julio no son excepcionales como el año pasado, pero sí muy buenos». En este sentido, destaca que «es fundamental hacer una valoración a partir de la serie histórica y no tan solo comparando los datos con lo que fue un año récord para todo el turismo nacional».

Carles Segarra, portavoz de la Associació d’Hotelers de Tarragona Ciutat, aprecia que «puede ser una temporada muy buena». Algunos mercados que son competidores directos, como Turquía y Egipto, están recuperando la estabilidad política perdida en los últimos años. Y esto va en contra de los intereses del sector. Segarra incide en que «no sabemos el impacto que ha tenido el Procés y, si bien es difícil decir que ha sido perjudicial, está claro que tampoco ayuda».

Cuando se habla de turismo en Tarragona, no hay que olvidar el peso que juega el sector del cámping. Sus 10.000 plazas representan aproximadamente el 80% del total disponible en la ciudad. El presidente de Campings Tarragona Ciutat, Agustí Peyra, asegura que las pernoctaciones son «similares a las del año pasado». Ahora bien, los clientes que apuestan por los mobile homes y los bungalows se han mantenido, los que prefiren la autocaravana han descendido ligeramente. 

En este caso, también destaca el buen comportamiento del mercado catalán y del resto del Estado, mientras que el francés «lleva dos años ligeramente a la baja», afirma Peyra.

De cara a este agosto, el sector es optimista. También en cuanto al septiembre, un mes tradicionalmente muy bueno. De hecho, las pernoctaciones fuera de temporada se han incrementado. La presidenta del Patronat de Turisme de Tarragona pone en valor que entre enero y julio las pernoctaciones han crecido un 2% respecto al año pasado. «Estamos trabajando para conseguir que aumenten las cifras de ocupación durante todo el año, como corresponde a una ciudad como Tarragona, que puede crecer mucho en turismo no estrictamente vacacional». Un punto sobre el que también pone el acento Segarra, quien opina que «hay un trabajo muy importante por hacer», aunque este empresario considera que hacen falta más recursos. «El sector debería ser prioritario para el Ayuntamiento», afirma. 

El sector del cámping pide poder impulsar nuevas inversiones para seguir siendo competitivos

Las expectativas de crecimiento están puestas sobre el filón que puede suponer el turismo deportivo, ahora que la ciudad cuenta con unas instalaciones de primera, que son las que ha dejado en legado los Juegos Mediterráneos. «Depende de cómo se gestione puede ayudar mucho o suponer una ruina», defiende Carles Segarra.

En cambio, el sector del cámping defiende que «para mantener la competitividad debemos poder hacer las inversiones que nos permitan tener unas instalaciones modernas y mantener un cliente muy exigente que si considera que no somos suficientemente atractivos se irá a Croacia o al norte de Italia».

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