Al mediodía la calle Pintor Ignaci Mallol se encuentra sola, únicamente se escuchan los ruidos procedentes de las actividades de verano del Col.legi Sant Pau Apòstol. El edificio de la antigua casa Sant Josep está como siempre: ventanas cerradas, algunas rotas, paredes despintadas y raídas, y algunos grafittis en las puertas de metal. Nada parece indicar que desde el 16 de julio está ocupada por un grupo de activistas. Solo el abrir y cerrar de una puerta roja mate por la que entran y salen de vez en cuando unos pocos activistas esencialmente cargando botellas de agua. A demás de eso, una joven que no pertenecía al grupo se acercó tímidamente a la puerta para informarse de las actividades y la dejaron pasa.
Por los momentos el grupo decidió que solo se comunicará con la prensa mediante comunicados. No dejaron entrar a los periodistas y tampoco dieron detalles sobre los próximos movimientos. Durante la jornada de hoy, están haciendo actividades variadas: un vermut musical, una asamblea abierta y una cena, entre otras cosas. Evidentemente, la idea es quedarse a dormir.