Medidas en la URV para evitar plagios en tesis y y trabajos

Las universidades temen que los escándalos de los masters y los plagios mermen la reputación y se protegen con nuevos protocolos

13 septiembre 2018 19:42 | Actualizado a 14 septiembre 2018 07:34
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

Los escándalos de los masters y las acusaciones de plagio entre políticos tienen en vilo a parte de la comunidad universitaria, en la medida en que está en juego la honorabilidad de estas instituciones que, al menos hasta ahora, gozaban de prestigio y relevancia social. «Está claro que estas noticias no generan ningún bien, porque en primer lugar se plantea la generalización y eso es algo que no es verdad. Si se demuestra, estamos hablando básicamente de un tema de corrupción, en la que unos determinados políticos han aprovechado su posición de privilegio. Hay que explicarlo bien», indica Carles Segalés, vicerrector de Docència i Aprenentatge de la UOC, una universidad con fuerte presencia en la provincia. 

Lograr un máster de forma irregular en una universidad catalana sería una labor muy complicada. Los procesos internos y externos de control de calidad hacen inviables tantos errores. Es muy difícil falsificar notas sin que salten las alarmas. Aun así, la preocupación existe. «Hay que exigir el máximo rigor y transparencia ante cualquier duda individual que, obviamente, puede perjudicar injustamente la imagen colectiva de las universidades», sostiene la URV. 

«Manipular expedientes de estudiantes es una hacerlo con documentos públicos y es delito. Todo está regulado para que se detecte si alguien modifica un expediente cuando está cerrado. Cualquier título oficial tiene toda una serie de requisitos regulados por ley, incluso externamente, a través de unas agencias de calificación, que aquí son la AQU y la Aneca», añade Carles Segalés.  «La URV dispone de un sistema perfectamente protocolizado para gestionar toda su oferta académica de grado y postgrado con todas las garantías de control y transparencia. También existe un protocolo de modificación de actas que controla cualquier cambio de calificación con posterioridad al cierre de actas», explica la URV. 

El rastro que deja un cambio

Desde el momento en que un alumno accede a un grado hasta que recoge un título, su expediente se actualiza constantemente. En ese proceso intervienen numerosos actores: gestión académica, servicios administrativos, profesores o miembros del tribunal del trabajo. Las notas se pueden cambiar pero presentando primero una instancia para aclarar el motivo. Todo deja un rastro que se registra. Si bien algunos documentos no se digitalizan, siempre queda una señal de seguimiento que se conserva. 

Otra cuestión fundamental, en boga por las acusaciones a la ministra Carmen Montón, dimitida esta semana, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, son los plagios. Tanto la URV como la UOC se refuerzan a conciencia para combatir esa práctica irregular, no tanto por el escándalo político sino por un signo de los tiempos: la creciente digitalización de documentos incrementa las facilidades para copiar en las tesis y otros trabajos académicos.

A lo largo del curso pasado, el plan se fue presentando a los profesores de la URV. Se hizo pedagogía en las aulas y se difundió la existencia de tres guías (para  centros, alumnado y docentes) sobre planes de prevención, detección y tratamiento del plagio. Se han impartido los primeros cursos de formación del profesorado sobre el tema. «Hemos adoptado un enfoque constructivo. Se trata de prevenir y tratar el problema, no de crear solo un elemento punitivo», decía el curso pasado Arantxa Capdevila, vicerrectora d’Estudiants i Docència. 

La clave es concienciar a los estudiantes de una conducta éticamente reprobable que va contra la autoría intelectual. Al campus virtual de la URV se ha incorporado Urkund, la herramienta de detección de coincidencias en los trabajos que entregan los estudiantes. El programa compara el texto con millones de documentos. 

A partir de esos grados de coincidencia, cada profesor decide si la copia está justificada, por estar correctamente citada o porque las características del área de conocimiento que se trata justifican su inclusión. Similar sistema utilizan en la UOC. «Desde 2010 tenemos una herramienta de detección de plagio que va evolucionando y perfeccionándose conforme pasan los cursos», explica Jordi Duran, responsable de proyectos tecnológicos en el centro y especializado en esa guerra contra el ‘copy paste’. «Hemos ido mejorando los dispositivos para que todos los positivos que aparecen sean correctos, para ser más precisos. Somos una universidad en línea y hemos tenido esto siempre muy en cuenta», cuenta Duran. En la UOC, el porcentaje de plagio ronda el 4%, una cifra en la media de otras universidades.

El reto ahora es afinar aún más la detección, mientras se sigue trabajando desde la pedagogía. «En el 90% de los casos, los que copian no se esfuerzan. Es la copia literal. Pero está también la copia de paráfrasis, que es el clásico ‘refrito’. Ahí las herramientas tienen que trabajar mucho todavía. En todo caso, el profesor también tiene mucho que decir y mucha capacidad de intervención», aporta Duran. 

Los escándalos –ya sean de plagio o de irregularidades en los títulos– se han colado en el centro de los debates universitarios.  «Lógicamente, hablamos de lo que está pasando. Las medidas de control son una cuestión de calidad», dice Duran desde la UOC.

Comentarios
Multimedia Diari