Multan un coche de los Juegos en Tarragona por exceso de velocidad

Un chófer voluntario recibe en su casa la sanción y asegura que no está demostrado que él llevara el vehículo en el momento en que el radar fotografiara el vehículo en el tramo de Les Gavarres-Camp del Nàstic. Ha intentado contactar con la Fundació para buscar una solución al problema

20 septiembre 2018 11:12 | Actualizado a 21 septiembre 2018 07:45
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Juan Carlos Martos fue chófer voluntario durante los Juegos Mediterráneos. Su tarea era llevar en coche de un sitio en otro a autoridades y personalidades del panorama deportivo, como por ejemplo a los presidentes de los comités olímpicos. "Para estos cargos buscaban voluntarios con disponibilidad total. Este era mi caso, ya que estoy en el paro", explica Martos.

Tres meses después de la celebración de los Juegos, concretamente el martes día 18 de septiembre, este padre de familia tarraconense recibía una multa del Servei Català de Trànsit por exceso de velocidad.

La sanción explica que el 25 de junio -tres días después del inicio de los Juegos-, el coche fue fotografiado a 94 km/h en el radar de tramo que hay en la A-7 entre Les Gavarres y el Camp del Nàstic. La carretera, titularidad del Estado tiene una velocidad máxima de 80 km/h.

La sanción es de 100 euros y si la paga antes del 1 de octubre, 50. Según explica Martos, "cada chófer tenía un vehículo asignado, pero no había un control. Es decir, yo cogía otros vehículos y otros voluntarios cogían el asignado a mí", y añade que "dependiendo de las personas que íbamos a buscar, utilizábamos un vehículo u otro". Según este voluntario, "nadie puede demostrar que fuera yo el que conducía este coche de los Juegos". 

Martos decidió el pasado martes poner la multa en conocimiento de su encargado en los Juegos, a través de un grupo de Whatsapp que aún conservan los chóferes voluntarios. "Ni se inmutó. No recibí ninguna respuesta", relata Martos, quien asegura que en las oficinas de los Juegos -ubicadas en la Marina Port Tarraco- "ya no queda nadie para ir a reclamar". Añade que "así que sólo me queda llamar la atención de los políticos". 

Este voluntario se ha intentado poner en contacto con el concejal comisionado de los Juegos, Javier Villamayor, pero "no he recibido respuesta". No fue hasta ayer por la noche cuando, a través de un mensaje de Facebook, el alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, se puso en contacto con él pidiéndole el número de teléfono para buscar posibles soluciones.

Para Martos, la multa es injusta "ya que nadie puede demostrar que el coche -un todoterreno de la marca Toyota, patrocinadora del evento-, lo llevaba yo". El voluntario explica que el punto de encuentro de estos vehículos era el Hotel Hacienda de La Pineda (Vila-seca) y que no había ningún tipo de control. 

Otra multa

La de exceso de velocidad no es la única multa que Martos sufrió. Durante los Juegos, este chófer voluntario tuvo que hacer muchos traslados con autoridades desde Tarragona hasta el aeropuerto de Reus y viceversa. Un día fue a buscar al presidente de un comité olímpico y aparcó en la zona de vehículos autorizados.

"Desde la organización nos dijeron que podíamos estacionar los coches en autorizados o bien podíamos ir al párking del aeropuerto y adelantar el dinero de nuestro bolsillo", explica Martos, quien añade que "nadie se opuso y, por lo tanto, estacioné en la zona de autorizados". 

El voluntario relata que ese día había mucha presencia policial en el aeropuerto de Reus a causa de un altercado entre extranjeros que iban bebidos. "Bajé del vehículo para ir a buscar al presidente del comité olímpico y, al volver la Guàrdia Urbana de Reus ya me había multado", explica Martos, quien comunicó el problema a la organización de los Juegos y le aseguraron que ya se haría cargo de la multa, que ascendía a 200 euros, la Fundació Tarragona 2018. 

"Hubo muchas cosas que no nos explicaron bien, como por ejemplo donde teníamos que dejar el coche en los aeropuertos", relata Martos, quien añade que "los chóferes teníamos que ir solucionando los problemas de manera improvisada". 

Jornadas de 16 horas

Según explica Martos, las jornadas como voluntario durante los días de los Juegos eran muy largas. "He llegado a hacer 16 horas seguidas. Empezábamos a las siete de la mañana y hasta la una de la madrugada no parábamos. Había días que los chóferes estábamos preocupados por haber si nos pasaba algo en la carretera", explica este voluntario.

Este voluntario también asegura que sólo una parte de los voluntarios recibieron un peluche del Tarracus como obsequio. "Me sentí decepcionado. No pedíamos nada cambio, pero después de tantas horas, hubiera estado bien un pequeño detalle", asegura Martos, quien añade que "no nos dieron un peluche y ahora resulta que los van a quemar".

Por otro lado, Martos denuncia que les prometieron muchas cosas y que al final no se cumplieron las palabras de la organización. "Nos dijeron que tendríamos una aplicación para comunicarnos. No era verdad y tuvimos que hacer un gripo de Whatsapp. También nos aseguraron que nos darían un móvil de empresa, y tuvimos que utilizar el nuestro y cargar el saldo de nuestro bolsillo", relata Martos, quien añade que "nos prometieron que desde la organización tendrían en cuenta los voluntarios en paro, para posibles trabajos. Nada de nada. A pesar de todo esto, Martos asegura que fue una experiencia positiva, pero llena de decepciones.

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