Patrullas espía, helicóptero y radares contra la siniestralidad

El objetivo es revertir la alta accidentalidad del año pasado en la carretera, donde el número de fallecidos aumentó un 87%. Hubo 28 muertos, frente a los 15 del 2017

19 enero 2019 12:29 | Actualizado a 19 enero 2019 12:31
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El año pasado, un total de 28 personas murieron en 24 accidentes de tráfico en el conjunto de la red viaria interurbana del Camp de Tarragona –a lo que hay que sumar cinco fallecidos en cinco accidentes en vía urbana–, según los datos dados a conocer ayer. Los 28 fallecidos en la carretera supone un incremento del 87 por ciento respecto al año anterior. Ante estas cifras, desde el Servei Català de Trànsit (SCT) y los Mossos d’Esquadra se continuará con un plan de contención. Contempla el uso de un helicóptero –que después del verano llevará incorporado también un radar– para cazar las infracciones más graves –como el uso de los dispositivos móviles–, al igual que los nuevos vehículos camuflados de la Policía catalana, los ‘espía’. También se contará con más radares móviles de los Mossos d’Esquadra. Así lo explicaba ayer el comisario Joan Carles Molinero, jefe de la Comissaria General de Mobilitat, en la presentación del análisis de la siniestralidad de 2018 en el Camp de Tarragona.

Mientras la mortalidad en zona urbana ha bajado un 62 por ciento –se ha pasado de los 13 fallecidos a los cinco–, los porcentajes se dispararon en las vías interurbanas –carretera–, principalmente durante el primer trimestre de 2018. Para intentar cambiar la tendencia, se puso en marcha un plan de contención, que sirvió para frenar el aumento. Aún así, el año terminó con 24 accidentes mortales –trece en 2017–.

Molinero destacaba que este 2019 se va a continuar con la actividad preventiva. Después de unos meses fuera de servicio, ya se vuelve a contar con el helicóptero. También se tendrán los vehículos ‘espía’, patrullas sin ningún distintivo –aunque dentro van mossos de uniforme–, también para perseguir las conductas más graves, principalmente uso del móvil y conducciones temerarias. Y finalmente están los radares móviles, «porque muchos conductores se relajaban ya que saben dónde están los fijos», señalaba el comisario.

Motoristas, peatones y ciclistas

El inspector del Àrea Regional de Trànsit de los Mossos, Antoni Vilafranca, recordaba que en 2018 fallecieron siete motoristas, dos ciclistas y cuatro peatones –en 2017 sólo hubo tres víctimas entre estos colectivos–. En este último caso, los cuatro accidentes tuvieron lugar de noche y ninguna de las víctimas llevaba elemento reflectante. Tres de ellas habían aparcado el vehículo o estaba averiado. Además, tres dieron positivo en alcoholemia.

Los dos ciclistas fallecieron en un mismo accidente, el domingo 5 de agosto por la mañana en Montbrió del Camp tras ser alcanzados por un turismo, cuyo conductor dio positivo en el drogotest. El responsable policial anunciaba que los motoristas y los peatones van a ser el objetivo de este año.

Por su parte, el director del Servei Català de Trànsit, Juli Gendrau, destacaba que la carretera N-340 y la autovía A-7 concentran la mitad de los muertos en las vías interurbanas, y que las comarcas del Baix Camp, el Baix Penedès y el Tarragonès registraron 26 de las 28 personas fallecidas. Añadió que la franja de edad que sufre un mayor incremento en la mortalidad es la de 35 a 45 años y la de 55 a 564, cuando en el resto de Catalunya es la de 15 a 24.

Gendrau también valoró muy positivamente la entrada en vigor de la medida de desviar los camiones por las autopistas AP-7 y AP-2, lo que ha supuesto ninguna víctima mortal en los tramos afectados.

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