El proyecto privado que prevé la construcción de nueve campos de fútbol en el entorno del Mas de la Creu no gusta ni a los vecinos de la zona ni al Ayuntamiento de El Catllar. Los denunciantes aseguran que el nuevo hub deportivo tendrá un fuerte impacto en el entorno natural, y se muestran convencidos de que implicará la deforestación del bosque, además de una contaminación lumínica insostenible. Por todo ello, los vecinos afectados, es decir, los que sus casas colindan con el terreno donde se prevén los campos de fútbol, han creado una especie de plataforma para luchas contra esta iniciativa.
Pongámonos en situación. Hace unos meses, el grupo empresarial Tarraco Esports presentó al Ayuntamiento de Tarragona el anteproyecto para construir un hub deportivo en unos terrenos propiedad del Arzobispado. De hecho, la firma –vinculada a la Escola de Futbol del Col·legi Sant Pau Apòstol– firmó en enero el contrato con la institución religiosa, para usar los terrenos ubicados en la frontera entre los términos municipales de Tarragona y El Catllar.
Los vecinos de la calle Rovira i Virgili –de la urbanización Parc Llevant 2– se enteraron del proyecto por la prensa, pero enseguida preguntaron al Ayuntamiento de Tarragona. «Creemos que esta iniciativa tendrá un impacto negativo sobre la flora y la fauna, además de que la construcción de tantos campos de fútbol fragmentará el bosque», dice Andreu Fernández, portavoz de los vecinos, quien añade que «esta infraestructura tendrá un impacto sobre el medio ambiente, ya que la mayoría de campos serán de hierba artificial».
Para los vecinos, el tema de la deforestación es preocupante. «Resulta extraño que se plantee la tala de árboles maduros y se sustituyan por otros de nuevos. Es desproporcionada la intervención que quieren hacer», explica Fernández. También preocupa la contaminación lumínica que generará el hub deportivo, además del impacto de los más de 300 vehículos diarios que se prevén en el espacio. «Hemos visto el proyecto y la entrada principal del recinto será por nuestra calle. No está preparada», añaden los vecinos. «¿No hay más solares vacíos urbanizables en Tarragona que tienen que hacerlo en este pulmón, a ocho kilómetros del centro de la ciudad, y delante de una zona habitada?», se pregunta Fernández, indignado con la iniciativa.
Los vecinos también han mandado un correo al Arzobispado, pidiendo explicaciones al respecto. «Nos parece raro que la Iglesia contribuya en un proyecto que tiene intereses privados», acaba Fernández. Son muchas las entidades que se han posicionado del lado de los vecinos y en contra del proyecto, como por ejemplo, el Ayuntamiento de El Catllar.
El Catllar se opone
A través de un comunicado, el Consistorio avisa de los problemas técnicos y medioambientales que pueden provocar en la zona estas instalaciones futbolísticas, como pueden ser la deforestación, la contaminación lumínica y acústica, la gestión de residuos o la movilidad. Por su parte, desde el Ayuntamiento de Tarragona –ente encargado de dar la licencia– no quiere pronunciarse al respecto, ya que aseguran que el proyecto se encuentra en una etapa burocrática embrionaria.
Finalmente, el portavoz del grupo empresarial, José Antonio Naranjo, insiste en que se trata de una iniciativa «100% ecosostenible, que quiere respetar el entorno natural y que en todo momento busca el beneficio de las familias». Naranjo añade que «no queremos perjudicar a nadie», y están abiertos a dar explicaciones a todos aquellos que lo necesiten.