Esquiar de noche, sensaciones intensas en una experiencia exclusiva

Varias estaciones de la península ofrecen esta opción para potenciar la aventura en la nieve

15 febrero 2018 08:33 | Actualizado a 02 mayo 2018 11:03
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Esquiar, dejarse llevar suavemente por la pendiente de la montaña, dibujando nuestro rastro sobre la nieve… y hacerlo de noche. Cada vez son más los complejos invernales que optan por incluir esta experiencia en su oferta. 

Han pasado cuatro años desde que Masella se estrenara en el esquí nocturno, y lo hizo a lo grande. Actualmente, la estación catalana ofrece el mayor dominio esquiable de noche de los Pirineos: 10 km para vivir la nieve como nunca se había hecho. En total, 110 farolas, 207 focos, 12 pistas y un snowpark que abren hasta las 21.30h.

La oferta nocturna de Masella, que no sólo es la más grande de nuestro país, sino que iguala a la de los Alpes. Se completa con gastronomía, música y copas. Al final, la cuestión es no quitarse las botas en todo el día.

Sierra Nevada fue pionera en los descensos tras la caída del Sol. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta el animado ambiente que se respira en la cordillera Penibética. 

Cuando los relojes de la estación granadina señalan las siete de la tarde, los focos se encienden para alargar la práctica deportiva por espacio de tres horas con el telecabina Al-Andalus como hilo conductor. El escenario se reparte por las pistas iluminadas de El Río y Maribel, entre el área de Borreguiles (2.700m) y Pradollano (2.100m) a lo largo de 5,8 kilómetros esquiables. 

Otra de las opciones es viajar hasta Andorra. Allí es donde su estación más grande, Grandvalira, también se une al último grito en esquí. Las pistas de La Solana/Tubs, en Pas de la Casa, da la oportunidad de deslizarse por sus pistas bajo las estrellas. Por si fuera poco, el nivel del trazado lo hace accesible para todos los públicos. 

La gran apuesta de Grandvalira pasa por su snowpark, situado en el sector Grau Roig. Está enfocada al freestyle, por lo que no sólo lo frecuentan los virtuosos de la tabla, también de los esquís.

Una recomendación básica: hay que abrigarse muy bien. Las temperaturas descienden considerablemente cuando cae el Sol. Otro consejo es usar gafas transparentes, ya que protegen del frío y del viento, además de ayudar a disfrutar de las vistas durante el desenso. 

El esquí nocturno es una experiencia única, en cierto modo exclusiva y muy intensa en lo que sensaciones se refiere. De noche se reciben menos impactos visuales y estímulos que de día, así que el esquiador se centra más en el cómo, aplicando más técnica.

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