'La harina de insecto es el futuro, y la veremos antes de diez años'

Entrevista a Joan Quílez, presidente del Food n’ Nutrition Cluster de Reus y director de Tecnología de Europastry

23 julio 2018 14:03 | Actualizado a 03 septiembre 2018 15:38
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Joan Quílez (Barcelona, 63 años) es desde hace poco más de un mes presidente del Food n’ Nutrition Cluster de Reus, que agrupa a unas 40 empresas del sector alimentario, principalmente del Camp de Tarragona. En su nueva etapa, el cluster quiere expandir la captación de empresas asociadas a otras zonas de Catalunya y emprender su internacionalización.

Nuevo presidente del Food n’ Nutrition Cluster de Reus desde hace poco más de un mes...
Así es.

Y nueva marca para la AINS (Associació d’Empreses Innovadores en Nutrició i Salut). ¿Qué ha cambiado?
Muchas cosas. La AINS nació a la sombra del CTNS (Centre Tecnològic de Nutrició i Salut), que hoy está integrado en Eurecat y que ha perdido su nombre. Ese embrión de empresas asociadas a la AINS fue evolucionando [desde su fundación en 2010] hasta que, el año pasado, se vio que teníamos que hacer un cambio estratégico y empujar el cluster hacia un grado superior en empresas, pasando en dos años de los 40 socios actuales a 80 socios.

Tienen empresas asociadas, pero no son una patronal. ¿Cuál es su razón de ser?
Efectivamente, el cluster no es una patronal. Lo que busca es ser un punto de encuentro de empresas de alimentación y nutrición, a través de toda la cadena de valor, que colaboren para obtener resultados que mejoren su competitividad empresarial. Y eso se hace de dos maneras. La primera es dando instrumentos a las empresas para que mejoren su competitividad, con formación, networking... La otra parte es intentar tirar adelante proyectos. Las empresas tienen unas necesidades, y nosotros facilitamos canales de contacto internos y externos para que puedan llevar a cabo esos proyectos.

¿De forma colaborativa?
Sí, aunque no exclusivamente. Una empresa puede ir sola en uno de estos proyectos. Se trata de buscar la financiación, ayudar en la redacción del proyecto... Y no tiene por qué ser dentro del cluster, no es algo endogámico.

Tampoco son un lobby...
Tampoco. La razón de ser del cluster es básicamente estratégica y técnica, orientada a I+D, tanto en producto como en proceso, en comercialización, nuevas formas de comercio digital, conservación de los alimentos...

Y ahí, en la I+D, es donde entra el antiguo CTNS, hoy Eurecat.
Sí. Dentro del cluster hay centros tecnológicos. Está Eurecat, pero también la URV, la UB, la Universitat de Vic o el IRTA.

¿A qué nivel se encuentran hoy las empresas del cluster?
Es una pregunta muy difícil de contestar porque, como en todas partes, hay de todo. Pero si hacemos una media, y hablando del campo alimentario, estamos a un nivel alto respecto a otras actividades similares en España o Europa. Y hablo de estructura empresarial, de producto, de comercialización... Sin olvidar el grado de internacionalización de estas empresas, que es elevado. Esos años que pasamos de crisis económica sirvieron para encontrar un hueco en la exportación, y en esto no hay marcha atrás.

Distingue entre alimentación y nutrición. ¿Puede detallarlo?
Por supuesto. Alimentación es todo el producto generalista que comemos, que nos proporciona placer y sustento, mientras que nutrición es lo que va dentro, es cómo aquel alimento nos beneficia y nos da todos los nutrientes de una manera sana.

¿Dónde están hoy las grandes tendencias del sector y en qué trabaja el cluster?
En el campo de la nutrición, que es un foco de atención estratégico, hay dos grandes áreas: la nutrición personalizada y la nutrición digitalizada. La primera consiste en encontrar alimentos más adaptados a grupos concretos de población, como la infantil, la tercera edad o la deportiva. La nutrición digitalizada se refiere al empleo de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, con una aplicación móvil para que una persona que sigue una dieta pueda hacer una foto del plato que va a comer y le indique cuántas calorías tiene.

¿Y las empresas del cluster crean esas APPs?
Por ejemplo. Otra gran tendencia en I+D es la sustitución de aditivos por ingredientes naturales. Es lo que se denomina «etiqueta limpia» o «clean label». El concepto de lo natural triunfa mucho hoy, y no es sólo márketing, que en algunos casos es así, sino que en muchos otros hay una base clínica detrás.

De los superalimentos a la ganadería de insectos. Todas las tendencias en alimentación y nutrición están en el radar del Food n’ Nutrition Cluster de Reus, el nuevo nombre, con vocación internacional, de la Associació d’Empreses Innovadores en Nutrició i Salut (AINS).

¿Pasaron a mejor vida los «alimentos funcionales»?
«Alimento funcional» es un término que ya no se utiliza tanto. Ahora se utiliza el de «alto valor nutricional» o «superalimento».

Esos últimos son las lentejas de toda la vida, ¿no?
Sí. Y aquí no hay nada a hacer. Eso es el márketing. Pero también hay alimentos enriquecidos con principios activos que no tienen un origen químico, sino de determinados alimentos, que nos dan ese «alto valor nutricional».

Otra palabra de moda es «sostenibilidad»...
Sí. Sin olvidar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la economía circular son conceptos que se están impulsando mucho, porque hay una demanda real de la gente, de los consumidores, y nosotros lo hacemos mediante el aprovechamiento de subproductos y la disminución de la huella de carbono. Se trata de ver cómo empleo menos recursos y cómo genero menos residuos.

Nos están mentalizando con los alimentos a base de harina de insectos... ¿Es lo que llega?
Lo que viene es una incapacidad de producir suficiente proteína para alimentar al mundo, y el tema de las harinas de insectos es un campo de gran futuro, tanto para la alimentación animal como para la humana. La harina de insecto es el futuro, y la veremos extendida antes de diez años. Antes de 2030 será algo consolidado, y mucho antes en la alimentación animal, donde ya es una realidad hoy.

¿Y si nos hacemos todos vegetarianos?
Sería una solución, porque la producción de carne tiene un gasto brutal. No diré que vamos hacia una sociedad vegetariana, pero incrementar el consumo de determinados vegetales es una manera de incrementar el rendimiento de la producción alimentaria. Y sí: los insectos tienen muchas ventajas. Se crían en vertical, podemos aprovechar muchos residuos para alimentarlos, tienen una conversión a proteínas muy interesante... ¡Y son insectos criados en casa! Será una producción descentralizada. Sin duda, es un tema a desarrollar, muy interesante, importante, estratégico.

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