Mujeres imperfectas

Las tortosinas Ester y Olga Besolí y médicos del Pere Mata explican a los jóvenes los males del cuerpo perfecto

16 febrero 2018 08:25 | Actualizado a 16 febrero 2018 08:34
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La idea de la escritora tortosina Olga Besolí surgió con el objetivo de levantar el telón de una obra de teatro, pero llegó la crisis y se quedó en el cajón.

Sin embargo, las conversaciones con su hermana Ester, pintora, a raíz de la presión social y mediática sobre el cuerpo de la mujer, siempre delgada, siempre joven, siempre perfecta, las llevaron a poner en marcha Im-Perfectes.

Se trata de una exposición multidisciplinaria que es una denuncia del «canon de belleza actual, delgado, joven y occidental», como explica Ester. Relata que «nos priva de las razas, no nos deja tener canas ni arrugas, sobre todo a la mujer. Porque el joven, a medida que crece, crece en autoestima. Y sin embargo, con las jóvenes ocurre al revés. A las jóvenes cada vez se les exige más, físicamente hablando».

Las hermanas Besolí llevan su muestra itinerante por los institutos de las Terres de l’Ebre para explicarles a los jóvenes que «una mala alimentación puede provocar anorexia, que todavía hay. Que puede provocar bulimia».

Además, en cada una de las charlas están acompañadas por profesionales del mundo de la salud mental del Institut Pere Mata que «les hacen llegar toda la parte psicológica y el por qué hemos llegado hasta aquí», cuenta Ester.

El camino de la enfermedad
El proyecto de Olga Besolí pretendía ser un espectáculo teatral siguiendo una serie de gags no cómicos para ir demostrando que, como ella indica, «el camino de la búsqueda de la perfección lleva a la enfermedad y a la muerte».

Y es ésta la idea que se ha mantenido en Im-Perfectes, una muestra multimedia con plafones explicativos donde se analiza la alimentación saludable, en la que están prohibidas las dietas «hasta los 20 años.

Ni de la alcachofa ni ninguna porque el cuerpo necesita una serie de nutrientes en el momento de su crecimiento y si los órganos no se desarrollan más, igual a los 30 años se tiene una repercusión. No se pueden hacer dietas de revistas», explica Ester.

Estas conversaciones se llevan a cabo a partir de segundo de ESO «y les hace reflexionar mucho. Por naturaleza ya tienes dudas, pero si encima una talla 42 se asocia con gorda...», comenta. 

 

Primero se les pasa un cuestionario anónimo para que plasmen cómo se ven ellos mismos y después se lleva a cabo una estadística para que se trabaje en la tutoría.

Y lo más relevante de la situación es que sí que existen esos casos de niñas-adolescentes a punto de caer en el infierno.

Esta pintora, que ha trabajado mucho el mundo de la mujer e incluso ha llevado exposiciones sobre violencia de género, apunta que «al final de las charlas en algunos casos ellas mismas se quedan a hablar con nosotras y vemos que en algunas ocasiones ya han entrado en la anorexia. De cada grupo se puede dar un caso y se nota. Se ponen muy nerviosas y te cuestionan cosas. Lo notas». 
 

Añade que «los chicos y chicas pueden comentar las dudas con la enfermera del centro y también les aconsejamos a los compañeros que hablen, que se expresen, que digan quién tira el bocadillo, que lo comuniquen al profesor, al tutor, al padre porque si no se coge a tiempo una anorexia se puede quedar crónica». 

Depilación, maquillaje, el peso,  cirugía estética, la ropa, la moda, el estilo... Las famosas. «Todo influye», dice Ester, quien argumenta que «es cierto que cada vez más a ellos les aprietan en cosas como la depilación, por ejemplo.

Sin embargo, Trump estéticamente es un cero y es el hombre más poderoso del mundo. Esto no sirve para ellas. Ellas tienen que cumplir estéticamente todos los requisitos» y los ejemplos no ayudan. «Hay cantantes negras superpotentes como Beyoncé, pero cada vez están más delgadas y más blancas», arguye.

La estética
Estas artistas tortosinas fijan la mirada en las industrias relacionadas con la estética, «que obtienen grandes beneficios con estos cánones de belleza imposibles e irreales y a menudo basados en imágenes de modelos reales trucadas con Photoshop.

La belleza es un gran negocio», aseveran. Olga incide en el hecho de que «la industria de la cosmética es una de las más fuertes del mundo. Y les mostramos que pueden caer en trastornos alimentarios y en enfermedades y que ellos pueden escoger».

Además, en cuestión de operaciones «no se libra nadie porque una de las que está en auge en la actualidad es la implantación de pechos en hombres así como la tableta falsa bajo la piel por lo que también hay un sector de presión para ellos. Y sacamos el bote de pastillas de lo que se toman los jóvenes en el gimnasio».

Muestran la lista de operaciones que se practican y el ránking de países, en el que España está en quinto lugar, en un mundo donde el Bótox es la estrella. Y también las secuelas de estas intervenciones y el proceso postoperatorio, las suturas, los drenajes. «Una operación siempre es un procedimiento doloroso y traumático para el cuerpo», argumentan.

De los 13 a los 18 años
Im-Perfectes quiere sembrar la duda en la mente de los jóvenes de 13 a 18 años, «hacer que se cuestionen lo estipulado», la tiranía de los cánones de belleza actuales y para ello «los centros educativos y los institutos son un espacio ideal, lugares más cercanos para ellos que una sala de exposiciones, a la que puede que nunca se acerquen», sostienen. 

La reflexión final es el hecho de que si se tiene a la mitad de la población dudando de su cuerpo, «mentalmente absorbida en cuidar la apariencia, no se tiene luchando por sus derechos laborales o escalando posiciones dentro de la jerarquía social», concluyen.
Para más información: http://esterbesoli.blogspot.com.es/p/exposicio-im-perfectes.html

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