El director adjunto del servicio de oncología de Reus: «Reabriremos el acelerador lineal si alguien se queda sin tratamiento»

Después de la cascada de declaraciones contra el cierre del acelerador lineal ubicado en el antiguo Hospital Sant Joan, el director adjunto del servicio de oncología del centro sanitario, el doctor Joan Borràs, explica las razones de la decisión. 

25 julio 2018 09:21 | Actualizado a 26 julio 2018 11:12
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¿Por qué cierra el acelerador?
No hablemos de cierre, en el sentido que no es irreversible. Hablemos de un paro temporal. 

¿Quién toma la decisión?
Surgió a propuesta de los profesionales, de forma interna, porque el número de pacientes que tenía el acelerador en su momento, cuando tomamos la decisión, era de 13 pacientes. La mitad de ellos están terminando el tratamiento, y el resto son fácilmente asumibles por los dos aceleradores que hay en el nuevo hospital.

¿Decisión técnica? ¿No han intervenido los políticos?
El más alto estrato con el que hemos hablado ha sido la dirección del hospital. 

¿Y qué afectación puede tener el paro en los pacientes?
Ninguna. Si un paciente corre el riesgo de quedarse sin tratamiento por culpa de la medida podemos reabrir el acelerador inmediatamente. Incluso si provocara cualquier tipo de espera en los pacientes. Y si el acelerador gemelo que tenemos en el nuevo hospital se estropease también podríamos derivar a los pacientes al antiguo hospital.

¿Saben el número de pacientes que tendrán durante el verano?
Al año tratamos a más de 1.800 pacientes. Y lo hacemos con una previsión de 15 días. Los pacientes no empiezan el tratamiento al día siguiente de visitar al oncólogo. Vamos a comités de tumores, donde se decide qué tratamientos aplicamos. Desde la visita al tratamiento al acelerador hay un proceso, una simulación y una planificación entre los médicos y los físicos. 

El PSC habla de un ahorro de 20.000 euros. ¿Es así?
El objetivo de la medida es operativo, no económico. Cuando hacemos gestión, si comporta un ahorro mejor, pero desde el punto de vista de los profesionales, el cálculo que hemos hecho del ahorro es puramente técnico. Lo hemos hecho cuando hemos visto que había una oportunidad para favorecer al centro y a la sociedad. Estaremos mejor organizados. 

¿Por qué? 
Porque lo óptimo sería tener todos los aceleradores en el nuevo hospital. Evitaríamos trasladar a los médicos y a los físicos al antiguo Sant Joan. Aquí es donde se realizan todos los tratamientos. Optimizaríamos también el tiempo de los pacientes. 

Ustedes mismos firmaron un informe, hace dos años, alertando de los peligros que supondría el cierre del acelerador...
Hablábamos de un cierre definitivo. No estamos en la misma situación. Ahora tenemos el compromiso explícito de que el acelerador volverá a operar con normalidad a partir del 30 de setiembre. Si no fuese así, yo mismo lo denunciaría. La medida que ahora se impulsa forma parte de una actitud colaboradora. Todo ahorro es bienvenido si no afecta a los pacientes. 

¿Está, pues, garantizada la reapertura del acelerador?
Confío plenamente en los políticos y querría pensar que si han habido discrepancias o determinadas acusaciones es porque no se tiene la información completa. Y me parece respetable que alguien se queje si piensa que se está gestando un cierre irreversible del acelerador lineal. O si alguien cree que la medida nos ha sido impuesta. 

¿Qué opina de las declaraciones de la Sociedad Española de Oncología y Radioterapia? Consideran el cierre una locura...
Respeto las sociedades científicas. Yo mismo he sido presidente de la sociedad catalana. Pero creo firmemente que no tienen la información que deberían de tener. El territorio conserva los cuatro aceleradores con el propósito de mejorarlos cuando queden obsoletos. Insisto en que la medida no es el cierre definitivo del equipo si no un paro temporal.  

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