A nadie se le niega un vaso de agua ¿o sí?

Experimento: pedimos un vaso de agua en 10 bares: sólo en uno nos lo niegan. Una campaña de la OCU pide que los locales la ofrezcan gratis

31 agosto 2018 08:19 | Actualizado a 31 agosto 2018 09:30
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En tiempos de dictadura del agua embotellada hay que reconocer que da un poco de apuro acercarse a una barra y decir aquello de: «¿Me da un vaso de agua?». Pese a ello decidimos hacer el experimento de ir a pedir agua gratis a 10 bares y cafeterías del centro de Tarragona a ver cuál era la reacción de los camareros. Lo cierto es que más de uno se sorprendía ante la petición pero respondía amablemente; apenas una camarera torció el gesto, aunque luego trajo el vaso, y sólo en un local nos la negaron: «Sólo tenemos botellas», nos respondió el dueño, tajante.

El experimento venía a cuento porque ayer la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, lanzó la campaña #PideJarradeAgua, con la que pretende reunir el apoyo de la ciudadanía para solicitar una ley nacional que obligue a bares y restaurantes a ofrecer agua del grifo de manera gratuita a sus clientes.

Desde la organización recuerdan que en Navarra, desde julio, ya se obliga a bares, restaurantes y hoteles que ofrezcan a los clientes la posibilidad de disponer de un recipiente con agua del grifo y los vasos para su consumo. Y lo mismo plantean proyectos normativos en Andalucía y Baleares, pendientes de aprobación. Mientras, en la Comunidad Valenciana se ha presentado una proposición no de ley muy similar. Además, en muchos países de Europa y Estados Unidos hace tiempo que es una práctica habitual. 

Del grifo o no del grifo

El experimento por los bares de Tarragona vino a demostrar que lo de ofrecer o no agua gratis a quien la pide es, sobre todo, cuestión de disposición de cada camarero. José Luis Robles, de un bar de la Avenida Roma, responde con un «Faltaría más», cuando le pedimos agua y presto saca una botella de la nevera. 

Cuando le explicamos el experimento, cuenta que él jamás le niega un vaso a nadie, aunque no es muy común que se lo pidan. A veces se trata de gente que no se puede permitir comprar una botella y otras, de clientes que piden, por ejemplo, una vaso de agua después de tomarse el café.

Llama la atención, eso sí, que el agua que nos sirve no es del grifo, sino agua mineral que compra por garrafas. La escena se repetiría en otros establecimientos. En la cafetería de un hotel Serhey, camarero, decía que sus principios le impiden negar el agua o el pan a nadie.

Allí también nos daban agua mineral porque la de grifo sigue cargando con el sambenito del mal sabor. Hasta nos costó convencer a una camarera de que el agua de grifo de Tarragona pasa por exhaustivos controles sanitarios y, por supuesto, es potable.

Cada local lo hace a su manera. En una franquicia de bocadillos hasta nos pusieron unos hielos, algo muy de agradecer.
No obstante, lo cierto es que servir o no agua gratis no es un dilema al que se deban enfrentar con mucha frecuencia los restauradores, puesto que la mayoría de los clientes está habituada a comprar directamente la botellita.

Más ecológico y económico

La OCU cree que el consumidor «no debería tener que justificarse» ante un camarero cuando pide una jarra de agua para acompañar la comida, ni que tenga que «aceptar con resignación» pagar por una botella de agua envasada cuando el agua del grifo puede consumirse con todas las garantías de calidad.

La organización asegura que es una medida ecológica que ahorra en envases y que además tiene poco coste en los locales ya que un litro de agua de grifo «cuesta menos de 0,002 euros»

«A pesar de este reducido coste, algunos establecimientos de restauración alegan que ofrecer agua gratis supone una serie de costes asociados, como el servicio y la limpieza, por lo que desde la OCU les señalamos sencillas medidas para salvar estos argumentos, como colocar sobre una mesa un par de jarras junto a varios vasos, para que sea el propio cliente el que se sirva el agua o aprovechar los muchos usos del lavavajillas para limpiar los vasos que se utilicen», señalan.

Además es cuestión de salud, dicen: «Queremos agua gratis porque tener acceso a ella es una buena manera de promover hábitos de consumo saludables. Si tenemos que pagar por el agua, es muy probable que terminemos pidiendo en su lugar un refresco rico en azúcares, o una bebida alcohólica», apuntan.

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