Además del vendaval que sorprendió en la Plaça de la Font y la caída de árboles, así como pequeñas inundaciones por toda la ciudad, otro de los percances que se vivió en Tarragona fue la caída de dos de las torres de vigilancia que los socorristas tienen instaladas a lo largo de la arena de la Platja Llarga.
Las torres y también las escaleras que facilitan su acceso hasta el punto más elevado, fabricadas en su totalidad con madera, quedaron completamente volcadas en el suelo.
De momento los responsables del servicio de socorristas no han evaluado los desperfectos de las torres y ayer, al cierre de esta edición, desconocían si estarían arregladas este lunes por la mañana.
Sin embargo los socorristas acudirán igualmente a sus puestos para dar el servicio y realizar sus tareas de vigilancia y rescate a los bañistas en caso que deban actuar.