Un interno del centro penitenciario de Tarragona se enfrenta ahora a ocho años de prisión por haber introducido, presuntamente, droga en la prisión. Además, el fiscal pide también el pago de una multa de 3.100 euros. El juicio tendrá lugar el próximo 22 de marzo en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona.
El sospechoso es un hombre con numerosos antecedentes penales, aunque ninguno relacionado con el tráfico de sustancias estupefacientes. El escrito de acusación de la Fiscalía recoge que el 15 de marzo de 2015 el procesado se encontraba interno en la prisión.
Sobre las 19.20 horas, una vez hubo acabado una comunicación vis a vis con su madre, los funcionarios procedieron a efectuarle un cacheo superficial. Y es que el hombre es un interno sospechoso de introducir objetos o sustancias prohibidas en el interior de la cárcel, según el Ministerio Público.
Los funcionarios pidieron posteriormente una prueba radiológica a la médico del centro. Como resultado de la misma se apreció la existencia de elementos extraños en el interior del cuerpo. Por ello, fue trasladado a una celda de observación para que expulsara aquellos cuerpos, estando en todo momento vigilado.
Expulsó los estupefacientes
Finalmente expulsó 16 cápsulas que contenían 78,21 gramos de hachís, una con 5,21 gramos de marihuana y un envoltorio con 8,86 gramos de heroína. Dichas sustancias las había adquirido el acusado en días anteriores e iban a ser destinadas a la venta a terceros en el interior de la prisión, con objeto de obtener un ilícito beneficio.
La droga habría tenido un valor en el mercado ilícito de 775 euros.