El número de muertos en las carreteras de Tarragona se duplica

Este año ya han perdido la vida 33 personas. Trànsit loa tribuye a un incremento de la movilidad y a un relajamiento de los conductores

22 agosto 2018 18:08 | Actualizado a 11 septiembre 2018 12:36
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Desde principios de año se han disparado las alarmas en el Servei Català de Trànsit. Después de unos años con un descenso importante del número de muertos en las carreteras catalanas, la situación ha dado un giro. Y los datos de este 2018 ha hecho que desde la Generalitat se haya dado instrucciones para revertir las cifras. En la demarcación de Tarragona se ha duplicado el número de víctimas mortales. Es la provincia que más ha subido, y mucho. Un total de 33 personas han fallecido en accidentes de tráfico, frente a los 15 del mismo periodo del año anterior.

Las cifras no son nada buenas, viene denunciando desde hace meses el Servei Català de Trànsit (SCT). Lejos de mejorar la situación, ha ido a peor. A la hora de pedir una explicación de lo ocurrido, Òscar Llatje, coordinador de Seguretat Viària i Mobilitat, asegura que es un conjunto de diferentes factores. 

Llatje recuerda que la siniestralidad comenzó a bajar en el año 2007 de forma considerable debido a la aparición de la crisis económica. Y así continuó hasta el 2013-14. Y a partir de este año la situación se revirtió. Pero el incremento de la movilidad no sería el único factor. Se intuye también una relajación por parte de los conductores. «El trabajo de concienciación que se había hecho durante años en el tema del exceso de velocidad, la distracción y el consumo de alcohol, al salir de la crisis la gente se está comportando de manera diferente».

Tarragona es la que registra las peores cifras de incremento en Catalunya. Si el año pasado –hasta el 19 de agosto– se habían registrado en las carreteras –no se incluye el casco urbano– 13 accidentes mortales, que habían dejado 15 fallecidos, las cifras se han disparado este 2018. Se han contabilizado 28 accidentes, en los que 33 personas han dejado la vida, lo que representa un incremento del  120 por ciento.
Una de las características de los accidentes mortales en el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre es que la mayoría de ellos se han producido en vías rápidas, concretamente la autovía A-7 y la autopista AP-7 –cinco y dos fallecidos, respectivamente–. Pero la vía que se sitúa a la cabeza del desgraciado ránking es la N-340, con seis fallecidos (el año pasado sólo 1). Entre las tres vías suman un total de 13 víctimas mortales, frente a las dos del 2017.

Una carretera, dos atropellos

Un caso relativamente excepcional es el que ha ocurrido en la carretera C-14. Ha habido dos accidentes y en ambos casos se trata de atropellos de madrugada, los dos en el término municipal de Reus. «Es un tipo de accidente que no se tendría que producir nunca en vías interurbanas», recalca Òscar Llatje. El primer atropello se produjo el 13 de febrero en el kilómetro 11, entre la capital del Baix Camp y La Selva del Camp. La víctima había sido interceptada poco antes por una patrulla de la Guàrdia Urbana dentro del casco urbano y dio positivo en alcoholemia. Los agentes le inmovilizaron el vehículo y él volvió a pie a su masía, cuando fue atropellado mientras iba por el arcén a las seis de la madrugada. El segundo accidente se produjo sobre la una de la madrugada sobre el kilómetro 3. El hombre –que era camionero– cruzó la carretera, momento en que fue alcanzado por camión cargado de ganado.

Para el coordinador de Seguretat Viària i Mobilitat, se tendría que recuperar la concienciación que había antes en el tema de las distracciones, la velocidad y el consumo de drogas y alcohol. De todas formas, cuando se detectó el incremento de la siniestralidad ya se dio indicaciones a los Mossos para focalizar su trabajo en las vías de alta velocidad y capacidad.

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