La pillería llega hasta tal punto que incluso se reconocen anualmente aquellas estrategias que buscan estafar al seguro para cobrar el dinero. La patronal Unespa organiza cada año un concurso para premiar los casos más insólitos que descubren sus asegurados. Entre los destacados de 2017 está, por ejemplo, el de una familia que trató de hacer pasar el suicidio del patriarca por un accidente laboral en Zaragoza o el de un corredor de seguros valenciano que fingió un accidente con la moto y una falsa baja laboral que tramitó él mismo.
Un caso descubierto y denunciado en Tarragona mereció el tercer premio en la categoría de ‘diversos’. El galardón fue a parar a Mapfre España por su investigación, que acabó descubriendo el intento de estafa de una situación extrema con fallecimiento incluido. El relato arranca con una empresa tarraconense que se dedica a la pesca y el marisqueo. «Debido a sus actividades de acuicultura, dispone de instrumentos de recarga de botellas de aire comprimido. Un día uno de sus empleados fallece en las instalaciones a consecuencia de una explosión mientras rellenaba, precisamente, botellas de buceo», relata Unespa lo sucedido.
Acusación de la familia
El hecho siguiente fue sintomático y revelador, según explica el informe. «La aseguradora no tiene constancia de la desgracia hasta un año después, cuando la familia del empleado fallecido demanda a la empresa», detalla.
La familia reclamaba el pago de hasta 90.000 euros y alegaba incumplimiento grave de la compañía en materia de seguridad e higiene. En concreto, apuntaba al deficiente estado del compresor como causa de ese accidente laboral que fue mortal.
Y sigue Unespa el relato de los hechos: «En una entrevista personal, la dirección de la empresa advierte que no comparte la versión de los demandantes». Es entonces cuando la compañía sale al paso y se defiende. Argumenta que el siniestro se produjo fuera del horario de trabajo. Añade, además, que el empleado fallecido accedió a las instalaciones «sin consentimiento para hacer un uso privado de las mismas».
De hecho, el trabajador tenía un negocio propio de inmersión deportiva, según pudo aportar Mapfre en sus indagaciones. Así lo probaban varios vídeos y fotografías colgadas en internet que sirvieron como elementos decisivos en las pesquisas. «Un análisis técnico de las circunstancia permitió demostrar que, efectivamente, el fallecido realizaba un uso particular del material de la empresa y que, además, la muerte se debió a un error humano durante la recarga de las bombonas», cuenta Unespa en el desglose de esta complicada investigación que se mereció un galardón del sector de los seguros por su complejidad.
El caso incluso había llegado a los tribunales. Dos sentencias judiciales (tanto en primera y segunda instancia) fallaron a favor de la aseguradora y constataron el intento de engaño.