Vis a Vis con las bestias del Seguici Popular

Los más pequeños disfrutaron de una visita guiada por la Casa de la Festa, donde se explicaron curiosidades de los elementos

09 septiembre 2018 14:40 | Actualizado a 09 septiembre 2018 14:50
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Cuenta la leyenda que la Cucafera era malvada. Cuando salía a pasear por las calles, se comía a las personas que encontraba a su paso. Santa Margarida fue una de sus víctimas. Le empezó a doler mucho la barriga y la Cucafera explotó. Entonces, Santa Margarida pudo salir del cuerpo de la bestia y recogió uno a uno los pedazos de la Cucafera. Los volvió a coser con la condición de que nunca más se comiera a nadie. Así es como la Cucafera se volvió buena y, a partir de entonces, cuando sale a la calle reparte caramelos para todos los tarraconenses. 

Así empezaba la clase magistral del Seguici que ayer contaba Yasmina Navarro, guía de Imaginautes –una empresa de servicios culturales–, a un grupo de padres e hijos en la Casa de la Festa. Los pequeños ni parpadeaban. Sabían que el de ayer era un día importante. La mayoría de ellos no había visto antes de tan cerca a los elementos del Seguici Popular. A una semana del pistoletazo de salida de las Festes de Santa Tecla, Tarragona se prepara. 

Fue el turno de las tres parejas de gegants: los Moros, los Vells y los Negritos. Todos cuentan con rasgos exóticos, una cosa muy común en los gegants de la época, asegura Navarro. Los Negritos son los que causan más admiración entre el público pequeño. La versión adulta dice que la pareja está inspirada en la expansión económica en Cuba. Él lleva un documento del registro civil en la mano y ella está inspirada en la mujer del antiguo anuncio de ron Negrita. Para los pequeños, ambos eran piratas. Prueba de ello es el loro que lleva la Negrita. 

Los arlequines fueron los primeros Nanos Vells en ser presentados. Como curiosidad, los ojos de estos cabezones están hechos de copas de cristal pintadas, y luego cortadas. De ahí el brillo de los ojos. De fondo, se oía a Mateo, de dos años y medio, encargado de amenizar la tarde. Sentado en el cochecito, tarareaba el Amparito Roca, mientras su padre no sabía cómo hacérselo para pararlo.

Navarro explicaba que los Nanos llevan abanico para soportar el calor y guantes por motivos de higiene. Por su lado, la pareja de Metges también tiene su historia. Se trata del doctor Francesc de Paula Colom i Costa, quien en su época era el único médico que se afeitaba. Además, fue alcalde de Tarragona. A su lado está el Nano Capità, el único cabezón que no tiene pareja. «Esto es lo que pasa cuando a una persona le gusta mucho mandar», explica Navarro. En el equipo de los Nanos Nous sorprendieron los del Nàstic. Mingo trabajaba en las taquillas del club y Rossona era una apasionada aficionada del equipo.

«Falta la paloma». Así recibían los niños a L’Àliga de Tarragona. Y es que su pico no contaba con la habitual paloma blanca. Algún pequeño preguntaba por la Víbria. Tampoco estaba. «Este año cumple 25 años de su nacimiento y ahora mismo se está poniendo guapa en la peluquería», explicaba la guía.

Era el turno de la Mulassa, la bestia más juguetona y la que menos pesa de todas. «El año pasado, la Mulassa entró en un bar y se le rompieron las orejas», contó uno de los niños presentes en la visita. Como curiosidad, en la cabeza, esta bestia lleva medallas con imágenes de la Torre dels Escipions, del Arc de Berà y de la Muralla. La Mulassa era también malvada porque se comía la paja que daba calor al niño Jesús. En cambio, el Bou era bueno, porque le protegía en el establo. «Pero los papeles han cambiado y ahora el Bou escupe fuego y no tiene cara de buenos amigos», explica. Pero el malo entre los malos sigue siendo el Drac de San Roc. 

Más simpático les cayó a los presentes el Griu, que sólo tiene cuatro años de vida. Lo recuperaron los vecinos de la Vall de l’Arrabassada. «Dicen que es el hijo de L’Àliga y del Lleó», relata Navarro. La última bestia en conocer fue el Lleó. La guía explicó el secreto más bien guardado de este elemento. En su corona lleva dibujados el resto de bestias del Seguici Popular, exceptuando la Víbria y el Griu, que aún no habían sido recuperados. 

Su primera vez

Carlota y Cesc viven en Barcelona y han venido a pasar unos días con su tía en Tarragona. Ayer vieron por primera vez los elementos del Seguici. Quedaron sorprendidos y no podían parar de hacerse preguntas. También asistieron a la visita Bruno y Pablo, dos amigos de cinco años que estudian en la Salle de Torreforta. «Viniendo hacia aquí, mi hijo me ha dicho que éste era el mejor regalo que le podía hacer», explica la madre de Bruno, quien reconoce que su hijo está eclipsado con el Seguici. «A la hora del patio juegan a Santa Tecla», añade. El objetivo de Imaginautes es acercar los elementos del Seguici a los más pequeños y explicar curiosidades que solamente unos pocos conocen.

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