El Cura y el Barbero. José Antonio Santano. A veces se nos antoja que su propia voz poética emerge del silencio de las tumbas y mausoleos integrada con los ecos de los muertos
Con su estilo preciso y quirúrgico, Tocornal nos regala un tesoro de contento para quienes siguen creyendo que la literatura debe aunar la forma y el fondo
El Cura y el Barbero. Cristòfol Despuig se rasgaría las vestiduras si 450 años después de su muerte volviera a pasear por Tortosa y comprobara que la catedral sigue inacabada
El Cura y el Barbero. Antonio Soler es uno de los escritores más sobresalientes de los que ejercen la literatura en nuestro país, por eso recibo con gozo cada nueva publicación
El Cura y el Barbero. José de Larra zarandeó las conciencias de los españoles cuando, en un artículo en ‘El Español’ (1836), nos hizo ver que los difuntos no estaban en el cementerio
El Cura y el Barbero. Antonio Muñoz Molina ha recordado en alguno de sus anteriores libros su nula vocación por las tareas agrícolas y el sentimiento de inferioridad que le causó
El Cura y el Barbero. El personaje suicida más célebre de la Literatura ha sido el joven Werther, cuya historia produjo una oleada de suicidios por amor
El Cura y el Barbero. Mi deseo de reivindicar el incómodo libro ‘El escritor’ quiere demostrar su enorme mérito literario y, sobre todo, su estremecedor valor testimonial
El Cura y el Barbero. Los que nos enamoramos de ‘La lluvia amarilla’ de Julio Llamazares, lo seguimos leyendo porque su especial concepción de la narratividad nos hace sentir en casa