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Los Mossos d’Esquadra están registrando el piso de Alcover donde vivía el hombre que ayer martes disparó contra tres excompañeros de la empresa donde trabajaba en Tarragona y después contra un agente antes de ser abatido tras un intercambio de disparos en una masía de Riudoms.
El registro se ha hecho con suma cautela ante la posibilidad de que el sospechoso –que sigue ingresado en el Hospital de Bellvitge de Barcelona– hubiera puesto trampas con explosivos al ser consciente que la Policía catalana entraría en su domicilio.
Si bien la presencia policial en la puerta el bloque –el número 10 de la avenida de Maria– se hizo patente desde el momento en que se identificó al tirador, no ha sido hasta las doce y media de la mañana cuando han comenzado a llegar numerosas patrullas de los Mossos d’Esquadra, tanto uniformadas como de paisano.
Los agentes han establecido un doble cordón de seguridad. En el más cercano al edificio sólo podían estar los artificieros del Tedax, sin que nadie pudiera entrar o salir de sus hogares. Algunos que regresaban a comer a casa lo han tenido que hacer en el bar. Mientras, en el segundo cordón se dejaba entrar a los vecinos o salir, pero no al resto de ciudadanos.
Los bomberos incluso han cortado la llave de paso del gas al edificio para evitar riesgos. Mientras, los artificieros han revisado el ático donde vivía el hombre. No han accedido por la puerta –a pesar de tener las llaves–, sino que lo han hecho por la terraza del bloque de al lado. Un trabajo de inspección en la que ha intervenido también la unidad canina.
Finalmente, minutos antes de las cuatro de la tarde, los artificieros se han retirado de la vivienda. Y seguidamente, los agentes de la Divisió d’Investigació Criminal (DIC) del Camp de Tarragona han entrado en el domicilio con la comisión judicial.
