Los tribunales han dado la razón al Ayuntamiento de Bellvei, que queda liberado de acabar los trabajos en diversos sectores del polígono industrial y que superaban los 2 millones de euros, una cifra inasumible para las arcas locales.
El caso es de 2011. Apenas seis días antes de las elecciones municipales que sacaron a CiU y PP del gobierno, el Ayuntamiento recepcionó esos sectores del polígono pese a que estaban sin acabar, como denunció la entonces oposición que acabó ganando las elecciones (Mes per Bellvei-PSC).
Faltaban obras de urbanización y de electrificación. Pero al ser recepcionado el polígono, quien debía acabar esas obras era el Ayuntamiento. Cuatro años después de un acuerdo de recepción ya no puede anularse.
El entonces alcalde de CiU, Josep Fonts argumentó basarse en informes jurídicos y técnicos para firmar la recepción.
Acto de lesividad
En 2014 el consistorio presentó un acto de lesividad, un proceso judicial poco habitual ya que va en contra de una decisión tomada por la misma administración que recurre.
Finalmente este año el tribunal ha dado la razón al Ayuntamiento en su recurso. El juez estima procedente devolver a la Junta de compensación de la zona los sectores 8 y 13 de ese suelo industrial para que sean ellos quienes finalicen la urbanización y la electrificación.
El alcalde de Bellvei, Gerard Colet, señala que no se podía permitir que los vecinos afrontasen unas obras que corresponden a la junta de compensación a quien se les recepcionó la zona sin estar acabada.
Colet señala que no se pedirán responsabilidades personales de entonces porque lo principal era liberar a Belvvei de esa carga «y poder desarrollar el polígono en condiciones».
La junta de compensación está formada ahora por una empresa vinculada a una entidad financiera que según se explica ya ha iniciado los trámites para poner al día el polígono.
Electrificación
El principal problema son los costes que reclama la compañía eléctrica para la electrificación de la zona. El alcalde de Bellvei ha pedido a Industria de la Generalitat que revise el presupuesto que se pide para determinar si se ajusta al mercado.
Más allá de librarse de esa hipoteca para las obras del polígono, el alcalde valora que, cuando finalicen los trabajos, esa zona industrial a pie de la carretera N-340 y a poca distancia de un acceso a la C-32, pueda atraer a empresas que se instalen para generar empleo.
Colet señala que «hemos iniciado una nueva etapa que debe resolver un importantísimo impedimento para el desarrollo urbanístico pero sobre todo económico que afecta al municipio y al Baix Penedès».